La industria de la automoción y la movilidad lanza un mensaje claro a las administraciones: hacen falta medidas más eficaces, coherentes y coordinadas para afrontar con garantías la transformación del sector. Así lo refleja el Barómetro Auto Mobility Trends 2025, que recoge las prioridades señaladas por las empresas para mejorar la situación actual. En ellas, se dibuja una auténtica hoja de ruta empresarial que reclama tanto impulso financiero como claridad normativa y realismo en la transición tecnológica.
Artículo publicado en Auto Mobility Trends 2025. Descarga en este enlace el Barómetro
Ayudas directas y reales a la compra de vehículos, especialmente eléctricos, encabezan las demandas. Muchas empresas insisten en que los planes de incentivos deben llegar al cliente final en el momento de la compra, sin retrasos ni burocracia excesiva, como sucede con el Moves. A ello se suma la necesidad de mejorar la infraestructura de recarga eléctrica, tanto en calidad como en capilaridad, con especial foco en facilitar la instalación de puntos de carga en garajes privados y zonas rurales.
Desde el punto de vista económico, el sector pide una reducción de la presión fiscal, la disminución de costes laborales y más facilidades de financiación para proyectos estratégicos europeos. La preocupación por la competitividad también se traduce en propuestas como alianzas industriales con China, apoyo al ‘low cost’ eléctrico europeo o incluso la eliminación de aranceles a vehículos eléctricos chinos.
Impacto de la regulación sobre emisiones
Uno de los mensajes más reiterados es la necesidad de una política industrial europea homogénea, que dé certidumbre normativa y acabe con la percepción de que Europa impone restricciones mientras otras regiones actúan con mayor flexibilidad. El 54,2% de las empresas declara un impacto fuerte o muy fuerte por las medidas ambientales actuales, lo que subraya el efecto directo de la regulación en su operativa y rentabilidad.
Otras propuestas incluyen un gran pacto de industria, el fomento del vehículo de ocasión con incentivos reales, un leasing social para vehículos fabricados en la UE o la mejora de las condiciones laborales y salariales, con el objetivo de estimular la demanda interna.