El sector de la automoción y la movilidad ha mantenido un tono de moderado optimismo en 2025, aunque con un crecimiento menos intenso que en ejercicios anteriores. Según el Barómetro Auto Mobility Trends 2025, un 43,75% de las empresas preveía cerrar el año con un aumento de ingresos, mientras que un 20,83% anticipa un descenso, un 25% espera mantener su volumen de negocio actual y un significativo 10,42% no lo tenía claro.
Artículo publicado en Auto Mobility Trends 2025. Descarga en este enlace el Barómetro
En cuanto a la magnitud del crecimiento previsto, un 40% de las empresas espera aumentos de hasta el 10%, mientras que un 6,7% confía en superar esa cifra, reflejando un clima de expansión contenida y más prudente que en la etapa postpandemia.
La rentabilidad sufre
En el capítulo de la rentabilidad, el 35,42% de las empresas prevé mejorar su resultado operativo en 2025, frente a un 27,08% que anticipa un empeoramiento, un 18,75% que espera mantener el nivel de beneficios y un 14,58% que no se pronuncia. Estos datos confirman un ejercicio de polarización entre las empresas que esperan un deterioro en sus ganancias y las que prevén una mejora o, como mal menor, el mantenimiento en 2025.
Las alertas de una pérdida de rentabilidad se concentran en las grandes empresas (31%), así como en los proveedores (42%) y proveedores de componentes y servicios (29%), seguidos por los concesionarios con un 12,5% de pesimistas.
Polarización entre ganadores y perdedores
Respecto a la visión general sobre la evolución del sector de automoción y movilidad en 2025, el clima se mantiene equilibrado aunque con un mayor peso del pesimismo: un 25% de las empresas espera un mantenimiento de la situación, mientras que un 31,25% prevé una mejora y un 39,58% anticipa un empeoramiento. Un 4,17% no se pronuncia. Los proveedores se muestran como las empresas más pesimistas con casi un 58% que temen una evolución negativa del sector, seguidos de los concesionarios (37,5%) y los fabricantes (28,6%).
Este reparto confirma un optimismo más moderado que en años anteriores, con compañías que mantienen sus planes de transformación y crecimiento, pero con la mirada puesta en un contexto de incertidumbre regulatoria, tensiones de mercado y la presión de la competencia china y tecnológica como palanca que presiona hacia la previsión de una coyuntura peor.
