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En ruta por La Rioja, tierra de leyendas

Recorremos un paisaje que guarda los secretos del Camino de Santiago y que se prepara para iniciar la vendimia

Viñedo de la Rioja

Viñedo de la Rioja

Ana Montenegro

07.08.2020 00:54h

8 min

La Rioja es ahora tierra de grandes vinos y espectaculares bodegas, pero en la Edad Media esta zona fue el centro de un mundo poblado de leyendas. La más famosa goza todavía ahora de muy buena salud, es el Camino de Santiago. Hoy os propongo viajar por las carreteras secundarias de esta región de buen comer y mejor beber, entre viñedos que se preparan para iniciar la vendimia en unas semanas e investigando sobre algunos de los secretos del pasado.

Como punto de partida propongo Haro, la capital bodeguera de una de las zonas vinícolas más importantes del mundo. En su barrio de la Estación se concentran, posiblemente, el mayor número de bodegas por metro cuadrado de toda España. Esta ubicación no es casual. A finales del siglo XIX los viñedos franceses prácticamente desaparecieron por una plaga de filoxera, un insecto, parásito de la vid, que curiosamente llegó de Estados Unidos y en Europa donde primero se expandió fue en Francia. Sin viñedos, los franceses no tenían la base para hacer sus vinos y los riojanos aprovecharon la oportunidad para exportar sus excelentes caldos y uvas al país vecino aprovechando el naciente ferrocarril, según explican los bodegueros locales. Desde entonces, La Rioja, ha conseguido convertirse en una de las regiones más ricas del país.

Gastronomía irresistible

Haro tiene un casco antiguo con todo el encanto de una próspera ciudad de provincias del siglo pasado, pero con todas las ventajas del siglo XXI, incluida la calidad de vida. Su corazón es la Plaza de la Paz, a donde se asoman las galerías de las viviendas y el Ayuntamiento. La calle de Santo Tomás, que desemboca en la plaza, concentra los restaurantes y tascas más populares. La gastronomía de la zona es espectacular. Las huertas de la ribera del Ebro aportan judías, pimientos, tomates, habas, alcachofas o guisantes. Las sierras próximas proporcionan caza y carne y los ríos, truchas. El plato tradicional local, las patatas con chorizo (‘a la riojana’), es lo que preparaban los jornaleros para reponer fuerzas en la vendimia, pero hay más platos típicos como  los pimientos rellenos, las chuletitas de cordera asadas en sarmientos, las verduras estofadas o las alubias con codorniz.

Después de un buen desayuno nos ponemos en ruta por la N-232 en dirección a Logroño, capital de la comunidad autónoma, que puede servir de punto de arranque para quienes vienen del este de la Península. La N-232 atraviesa toda la comunidad autónoma de este a oeste. En paralelo se despliega la AP-68, la Autopista del Ebro, que enlaza Bilbao con Zaragoza y nos permite llegar rápidamente hasta La Rioja porque enlaza por el oeste con la AP-1 y la AP-8, la autopista del Cantábrico, y por el este con la A-2.  Pero vez que hemos llegado es mejor optar por la carretera nacional nos permite disfrutar más de la conducción y de un entorno que, según el escritor Bernardo Atxaga, parece un paisaje de la Toscana. Aunque en invierno es más bien un paisaje vasco: gris y nebuloso.

En uno de los nuevos SUV 

El recorrido no es difícil de seguir ni de conducir. La mayoría del trayecto son rectas entre viñedos, aunque también he buscado algunos tramos donde los aficionados pueden trazar curvas y hacer manos en el volante. Os propongo hacer esta ruta en un SUV de nueva hornada como el Ford Puma, un elegante Peugeot 2008, un DS 3 Crossback o un Vokswagen T-Roc
Atalaya medieval

La ruta por la carretera  nos permite más fácilmente desviarnos para para visitar alguna de las múltiples bodegas que hay sobre el camino o acercarnos a localidades curiosas o interesantes, como Briones, a sólo 13 km de Haro. Este pueblo es una atalaya medieval, situada a 80 metros de altura sobre el Ebro y las enormes extensiones de viñedos que se despliegan hasta el horizonte. Desde aquí se puede ver perfectamente la vecina El Ciego, al lado, pero en Euskadi. A la entrada de la Plaza de España está la curiosa Botica de Rabal, con la decoración, utensilios y frascos de la primitiva farmacia, fundada en el último tercio del siglo XIX. 

Tras pasar Cenicero, os sugiero hacer un pequeño desvía por la LR 211 hacia el norte para visitar El Ciego (o Eltziego) a sólo 6 km de la N-232, pero ya en la provincia de Álava. Para llegar hay que cruzar el río Ebro, frontera natural entre estas dos comunidades autónomas. La pequeña localidad se vio revolucionada hace unos años cuando las Bodegas Herederos del Marqués de Riscal le encargaron al arquitecto estadounidense Frank Gehry la construcción de su nueva sede social. El artífice del Museo Guggenheim de Bilbao se tomó el proyecto con tanto entusiasmo que lo supervisó él mismo y se hizo un experto en los vinos de Rioja. El resultado es un espectacular hotel-bodega recubierto de planchas onduladas de titanio en colores rojo, oro y acero que hacen referencia a los colores de una botella de vino. Este singular edificio cambió la fisonomía del paisaje e inauguró la tendencia de crear en las bodegas hoteles y restaurantes de lujo con arquitecturas rupturistas.

Tras regresar a La Rioja y a la N-232 a la altura de Logroño tomamos la LR 345 en dirección sur para llegar a Clavijo, en las estribaciones norte de la Sierra de Cameros, que es la frontera con la provincia de Soria. A unos 28 km de la capital riojana, esta localidad es una visita obligada. ¡Aquí surgió el Camino de Santiago!. 

Santiago

Según la leyenda, en este lugar, en el año 850, hubo una cruenta batalla entre cristianos y musulmanes, la Batalla de Clavijo, en la que el Apóstol Santiago, venido de no se sabe dónde, apareció montado en un caballo blanco y repartiendo mandobles entre los enemigos de los cristianos. De esta leyenda, la primera referencia a la presencia del Apóstol en la Península, surge la fama de “matamoros” de Santiago y pone en marcha, con el apoyo de los monjes franceses de Cluny, la gran operación turística del Camino de Santiago para visitar la tumba del Santo, que terminó enterrado (también según la leyenda) en los confines del mundo conocido, en Galicia. El Camino por La Rioja pasa realmente un poco más al norte, pero muchos peregrinos que conocen la historia se desvían hasta este mítico punto.

En Clavijo quedan en pie los restos de un impresionante castillo-fortaleza de origen árabe, con añadidos cristianos de los siglos XII y XIII. La ubicación y orografía no dejan duda de que la fortaleza tuvo un papel destacado durante siglos en la defensa del valle del Ebro.

Desde Clavijo volvemos hacia el norte por las carreteras LR-255 y LR-137 hacia Navarrete. Las estribaciones de la Sierra nos ofrecen un recorrido con curvas suaves, bordeando el río Iregua, que baja encajonado creando un valle agreste, flanqueado por paredes rocosas, auténticas defensas naturales. La vegetación de hayas, encinas, pinos, brezos y chopos sustituye a los viñedos. Es un tramo perfecto para hacer en esta época en un descapotable o en moto.

Navarrete nos sitúa en la A-12, conocida como la autovía del Camino de Santiago, que se despliega entre Pamplona (Navarra) y Burgos. El pueblo merece un paseo con calma por sus estrechas callejuelas, con soportales sustentados por vigas de madera, donde son constantes las referencias del Camino. Hasta este año lo normal era cruzarte con oleadas de peregrinos. En este raro verano los peregrinos son excepcionales pero  sobre la fachada de la Parroquia de Santa María, en la Plaza Mayor, sigue pintada la flecha amarilla, la indicación más segura para quienes se dirigen a Compostela.

Los milagros de Domingo

Por la A-12 en 22 km llegamos a Santo Domingo de la Calzada, una de las etapas más emblemáticas del Camino de Santiago, que atraviesa el centro del pueblo de este a oeste. En el nombre de esta población se confunden la historia y la leyenda. Parece ser que fue un ermitaño, de nombre Domingo, el primero que se asentó en este lugar, en 1074, y construyó  un hospital de peregrinos, cuando la operación de márketing de la primera ruta turística del mundo ya la había puesto de moda. 

Lo siguiente fue una calzada, un templo y un puente sobre el río Oja. Y como Domingo era muy emprendedor terminó haciendo otra calzada para comunicar, a través de los montes de Oca, los reinos de Castilla y Navarra. De este camino se beneficiaron los peregrinos, pero también los comerciantes y los reyes, que la usaron para sus guerras.

Hoy Santo Domingo es un pueblo con muchos monumentos que sigue volcado en el Camino de Santiago. La catedral, con su torre barroca exenta merece una visita, aunque sólo sea para ver a la pareja de aves que se crían, en una jaula de lujo, junto al sepulcro de Domingo, ahora Santo Domingo. La presencia de estas aves es también el resultado de un milagro. Dos pollos asados y crujientes cobraron vida y se pusieron a cantar para confirmar la inocencia de un peregrino, acusado por una mujer despechada, de un robo que no había cometido. Noticias de la época, políticamente incorrectas ahora…, pero son del siglo XI. Desde Santo Domingo de la Calzada yo regreso a Haro por la LR-111 y la N-126. Son sólo unos 20 km que nos permiten llegar a tiempo para disfrutar de un buen rioja.

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