El sector del automóvil vive otro salto en la concentración entre empresas con el nacimiento del nuego grupo Fiat Peugeot. La necesidad de invertir grandes sumas de dinero en la nueva movilidad presiona a las marcas para profundizar alianzas y fusiones como la de los grupos Fiat Chrysler (FCA) y PSA. Las dos compañías han confirmado que tienen el visto bueno de los consejos de administración a una fusión que creará un nuevo gigante que ocupará la cuarta posición mundial con 8,7 millones de vehículos vendidos.

Los consejos de administración de los dos grupos han aprobado la fusión y han instado a los negociadores a formalizar un acuerdo en las próximas semanas. FCA y PSA estiman que tendrán un ahorro anual de 3.700 millones de euros por las sinergias generadas en ingeniería, producción y compras a pesar de que se comprometen a no cerrar ninguna planta. En cambio, no dicen nada sobre posibles recortes de plantilla.

Sinergias de 3.700 millones

Las sinergias tardarán unos cuatro años en llegar a un 80% de su potencial y después de unos costes iniciales por la integración de unos 2.800 millones. La fusión excluye las compañías de fabricación de componentes magneti Marelli, de Fiat, y Faurecia, de PSA.

Todos los astros se han alineado en esta ocasión para propiciar la unión de las dos compañías. En primer lugar, FCA y PSA ya se conocían bien porque habían hecho una tentativa hace unos meses. En segundo lugar, el fracaso de la oferta de Fiat Chrysler por Renault debido a la resistencia de Nissan allanó el camino a la repesca del grupo de Peugeot, Citroën, Opel, DS y Vauxhall. Por último, las bolsas han bendecido la unión con fuertes subidas y los gobiernos de París y Roma han dado luz verde.  

Aprobación de los consejos

El consejo de administración de Fiat Chrysler (FCA) se reúne el jueves para aprobar la fusión después de que PSA aprobase la operación el miércoles, según la cadena de televisión estadounidense CNBC. La confirmación de la fusión se produce tan solo un día después de la publiación de la noticia sobre unas negociaciones que se encontraban en la fase final.

La estructura del nuevo grupo estará encabezada por John Elkann, el heredero de la familia Agnelli de Fiat, como presidente de la nueva sociedad conjunta. El consejero delegado será Carlos Tavares, que actualmente tiene el mismo cargo en PSA. Sin embargo, aunque la operación se plantea entre iguales sobre el papel, PSA tendrá seis representantes en el nuevo consejo de administración frente a cinco de FCA. 

Un campeón industrial

Las acciones de las familias Agnelli y Peugeot tendrán un blindaje durante siete años con la posibilidad de que los franceses puedan comprar un 2,5% adicional a sus socios italianos en los tres primeros años. 

Tavares ha destacado, mediante un comunicado, que "la integración aporta un valor importante a todas las partes interesadas". Para Mike Manley, consejero delegado de FCA, se trata de una operación empresarial que crea "una combinación con ptencial de cambio en la industria" y una "compañía de movilidad global de ámbito mundial".

La fusión de PSA, que controla marcas como Peugeot, Citroen y Opel, y FCA, formada por Jeep, Dodge, Ram, Chrysler, Fiat y Alfa Romeo, tendría una capitalización conjunta de unos 45.000 millones de euros. El año pasado, los dos grupos vendieron un total de 8,7 millones de vehículos. FCA registró en 2018 una facturación de unos 110.000 millones de euros y PSA de unos 74.000 millones de euros.

Temor de los sindicatos

Uno de los principales atractivos de la operación es la complementariedad geográfica de los dos grupos, ya que FCA es especialmente potente en Estados Unidos, el segundo mercado más importante del mundo tras el chino, un país en el que PSA no está presente. Sin embargo, en Europa habrá numerosos solapamientos por la fuerte presencia de las marcas Peugeot, Citroën, Opel y Fiat, lo que ha llevado a algunos sindicatos a mostrarse recelosos de la operación por el temor a recortes en algunas plantas o en la estructura. 

El nuevo grupo incluirá las tres fábricas de PSA en España, que suman unos 16.000 empleados en Vigo, Figueruelas y Madrid.