En apenas unos días, el diseño automovilístico mundial se ha tambaleado: Giorgetto Giugiaro ha sobrevivido milagrosamente a un aparatoso accidente en Cerdeña; mientras, el mundo llora la muerte de Ercole Spada, otro genio italiano que puso belleza y carácter a Alfa, Ferrari o BMW.
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Giorgetto Giugiaro lleva más de siete décadas moldeando formas sobre cuatro ruedas que se han convertido en icónicas. Es uno de los pocos hombres capaces de decir, sin falsa modestia, que ha dado forma al siglo XX desde el tablero de diseño. Y ahora, con 87 años, también puede decir que la tecnología que él ayudó a imaginar le ha salvado la vida. Su Land Rover Defender se precipitó por un acantilado en las sinuosas carreteras de Abbiadori, en la isla italiana de Cerdeña. El SUV voló casi 20 metros, rodando por la ladera hasta una carretera inferior. Giugiaro, que viajaba solo, fue rescatado y trasladado en helicóptero al hospital Giovanni Paolo II de Olbia. Pese a la aparatosidad del accidente, salió caminando del vehículo por su propio pie.
Las imágenes del accidente mostraban un coche destruido, pero con la célula de supervivencia intacta: pilares A y B firmes, el techo sin colapsar, los cinturones inteligentes y los airbags haciendo su trabajo silencioso. Una estructura moderna que evitó la tragedia y que ha llevado al propio Giugiaro a una profunda reflexión publicada días después en La Stampa, convertida en un auténtico manifiesto sobre la seguridad y la desigualdad en la movilidad.
Más seguridad de los coches
“Si hubiera estado en un coche de hace 15 años, no estaría aquí escribiendo estas palabras”, confesó en una carta publicada en AutoFácil Giorgetto Giugiaro, el creador del Volkswagen Golf, el Fiat Panda, el BMW M1 o el DMC DeLorean. “La tecnología salva vidas, pero es una salvación que cuesta cara. Y eso, para alguien que siempre quiso diseñar coches para todos, es un pensamiento que quema”, escribió desde su estudio en Turín, enfundado en un corsé ortopédico pero con la mente afilada de siempre.
En su emotiva carta, Giugiaro no solo celebra su suerte, también denuncia que la seguridad se ha convertido en un privilegio: “Quien puede pagar un coche nuevo tiene más posibilidades de volver a casa con vida”. Y concluye con una frase que define tanto su carrera como su presente: “Este accidente no es un final, sino un recordatorio: la vida es una curva cerrada y necesitas un buen automóvil para lidiar con ella”.

Ercole Spada
Pero mientras Giugiaro se aferra a la vida con esa mezcla de lucidez y genio que siempre le ha caracterizado, el mundo del diseño automovilístico ha perdido a otro de sus grandes referentes. Ercole Spada falleció el 3 de agosto a los 88 años. Aunque con menor visibilidad mediática que su compatriota, Spada fue el responsable de siluetas que marcaron una época desde su puesto de jefe de estilismo en Zagato en los años 60. Firmó carrocerías míticas para Alfa Romeo, Lancia, Maserati, Abarth o Ferrari, dotándolas de una identidad que combinaba deportividad y elegancia.
Diseños de Ercole Spada
Tras su paso por Audi y Ford, recaló en BMW, donde cocreó junto a Claus Luthe los Serie 5 E34 y Serie 7 E32, dos pilares del diseño alemán moderno. Más tarde, en I.DE.A Institute, Spada diseñó algunos de los modelos más representativos del grupo Fiat de los 90, como el Fiat Tipo, el Tempra, el Alfa Romeo 155 o el Lancia Kappa. Su vuelta a Zagato en los 90 culminó con el singular Ferrari FZ93, un canto de cisne provocador que simbolizó su espíritu inquebrantable.
Giugiaro y Spada fueron rivales y colegas, competidores y cómplices de una misma era en la que Italia marcaba el compás del diseño mundial. Hoy, uno sigue vivo para recordarnos el valor de la innovación y la fragilidad de la vida. El otro se despide dejando una estela de belleza imborrable sobre el asfalto de la historia.