El presidente de Anfac, Josep Maria Recasens, ha confirmado que el Plan Auto 2030, la nueva estrategia industrial presentada por el Gobierno y la patronal, toma como referencia los objetivos europeos del paquete Fit for 55, incluido el fin de la venta de vehículos de combustión en 2035, pese a las críticas crecientes de varios fabricantes europeos, especialmente en Alemania. “De momento asumimos los objetivos europeos de Fit for 55”, afirmó, dejando abierta la puerta a ajustes si Bruselas introduce mayor flexibilidad en la reunión prevista para el 10 de diciembre.
"En caso de que haya nuevos ingredientes de flexibilidad, tendremos que adaptar el plan, pero la foto final no cambia, el camino es inequívoco", ha indicado Josep Maria Recasens, que también es presidente de Renault Iberia, en un encuentro con medios para dar más detalles del Plan España Auto 2030 una semana después de su presentación. Unas semanas antes, Anfac criticó en público la postura de España de mantener de forma inflexible el veto a la combustión en 2035.
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Anfac y el Gobierno coinciden en que el Plan Auto 2030 no es un documento cerrado. El plan incorpora un modelo de gobernanza con un comité ejecutivo, mesas territoriales y grupos de trabajo específicos para monitorizar indicadores como el mercado, producción, infraestructura de recarga o capacidad instalada de baterías.
Un plan "vivo y dinámico"
"No tomemos el Plan Auto 2030 como una Biblia. Es un plan vivo y dinámico, que está abierto a cambiar y será revisado con todos los agentes implicados", subrayó Recasens, que como toda la industria está pendiente de ver los próximos pasos de la UE.
La industria europea aguarda señales de la Comisión Europea sobre una posible flexibilización de los objetivos de CO₂ y del calendario para el fin de la combustión. Aunque varios fabricantes y el Gobierno de Alemania reclaman ajustes por la debilidad del mercado eléctrico y la competencia china, la posición oficial española —liderada por el Ministerio para la Transición Ecológica— sigue alineada con mantener los plazos. La vicepresidenta Sara Aagesen fue explícita e la presentación del plan: “No se puede replantear la hoja de ruta de la descarbonización europea”.
Anfac advierte que la industria automovilística española afronta un riesgo real de pérdida de competitividad si no acelera su transición eléctrica. En la actualidad, el sector genera 85.000 millones de euros de valor agregado bruto, de los cuales más del 92% dependen del motor de combustión interna. "Esto es una señal de alerta, porque si el mercado está virando al vehículo eléctrico, es importante que el sistema también sea capaz de transicionar a la misma velocidad que el mercado. Si no lo hacemos, toda la cadena de valor está en riesgo de desaparecer", ha advertido Recasens.
El Plan Auto 2030 proyecta elevar ese valor hasta 120.000 millones de euros en 2030, un crecimiento superior al 40%. Sin intervención, la caída del mercado de combustión empujaría el valor agregado hasta 78.000 millones, un descenso del 10%.
La estrategia prevé movilizar entre 35.000 y 40.000 millones de inversión público-privada en cinco años y destinar un 20% de esos recursos a infraestructura de recarga, uno de los principales cuellos de botella de la electrificación española.
Objetivo 2030: más producción y más mercado
El plan fija metas industriales y comerciales para España alineadas con los objetivos europeos:
- Fabricar 2,7 millones de vehículos en España en 2030 (hoy: 2,4 millones).
- Que el 95% de esos vehículos sean electrificados.
- Mantener los 1,9 millones de empleos directos e indirectos vinculados al sector.
- Reconstruir un mercado interno capaz de absorber 1,1–1,3 millones de matriculaciones anuales, esencial para atraer modelos eléctricos y consolidar inversiones.
En el marco del Plan Auto 2030, el Gobierno ha anunciado que el Plan Auto+, heredero del Moves, contará con 400 millones en 2026 y será gestionado directamente por la Administración central para agilizar los pagos. Paralelamente, el Moves Corredores sumará 300 millones para acelerar el despliegue de puntos de carga y se abrirá una convocatoria de ayudas a la industria del PERTE VEC de 580 millones. En total, 1.280 millones para 2026 a los que se suman otros 400 adicionales para solventar la liosta de espera de solicitantes de subvenciones para la electrificación. Y todo ello sin Presupuestos Generales a la vista.
