Industria

Ford suma Renault a sus aliados europeos para compartir modelos

Renault producirá dos turismos y furgonetas para Ford, que destaca el "papel clave" de Valencia, tras los acuerdos anteriores con Volkswagen y un grupo turco

Jim Farley y François Provost tras el acuerdo de Ford y Renault

Jim Farley y François Provost tras el acuerdo de Ford y Renault

Toni Fuentes

09.12.2025 11:47h

5 min

Ford ha vuelto a mover ficha en su volátil estrategia en Europa. Tras años de alianzas con Volkswagen y con un grupo turco, Ford suma ahora a Renault a su estrategia de acuerdos multilaterales para compartir modelos mientras se repliega en el viejo continente. En esa estrategia, la planta de Ford de Valencia mantendrá un "papel clave" a la espera de empezar a producir un nuevo modelo híbrido en 2027.

El anuncio del pacto entre Ford y Renault se basa en un enfoque pragmático en el que el grupo norteamericano amplía su gama con modelos compartifdos con otras marcas mientras cierra una planta en Saarlouis (Alemania), recorta la plantilla en Colonia, deja a la espera la de Valencia y 'mata' sus propios superventas Focus, Fiesta y Mondeo: “Sabemos que estamos en una lucha por nuestra supervivencia en la industria”, admitió Jim Farley, consejero delegado de Ford.

Ford externaliza modelos y producción

La piedra angular del pacto es industrial, estratégica y de recorte de costes en un intento por enjugar las abultadas pérdidas de Ford en Europa. Renault fabricará para Ford dos turismos eléctricos y multienergía, coches pequeños y asequibles que llegarán a los concesionarios europeos en 2028, producidos en el complejo ElectriCity del norte de Francia. Serán modelos pensados para ocupar un hueco crítico: el de los urbanos y compactos eléctricos, segmento en el que Ford se ha quedado sin oferta.

La plataforma industrial de los nuevos modelos será de Ampere, el brazo eléctrico del grupo francés, pero el diseño y la conducción serán "plenamente Ford", según la marca. El acuerdo incluye, además, una carta de intenciones para colaborar en nuevas furgonetas comerciales ligeras, un terreno clave para ambas compañías, que ya compiten frontalmente con fabricantes chinos en mercados emergentes.

Farley lo resumió con un mensaje casi desafiante: “Juntos podemos crear una potencia de vehículos comerciales ligeros en Europa con la que sería muy difícil competir para los chinos”.

Caída de Ford en Europa

La alianza no es sentimental: es un acto de supervivencia. Europa ha dejado de ser un mercado cómodo para Ford. Su cuota en turismos se ha desplomado del 6,1% en 2019 al 3,3% en 2024, acompañada de cierres de plantas y reestructuraciones profundas como la clausura de Saarlouis, en Alemania y los ajustes en Colonia y Almussafes. Al mismo tiempo, Estados Unidos ha frenado parte de su apoyo institucional al vehículo eléctrico, lo que obliga a Ford a mantener dos caminos paralelos: invertir en eléctricos sin abandonar los modelos de combustión. Un gasto doble difícil de sostener en solitario.

Renault, por su parte, es el fabricante más pequeño de Europa, sin presencia ni en China ni en Estados Unidos, pero con una agresiva estrategia de alianzas: mientras desmonta los lazos con Nissan, llega a nuevos acuerdos con Volvo Group, Geely en Brasil y ahora Ford. Su objetivo es claro: llenar sus fábricas, ganar escala y abaratar el desarrollo de la nueva generación eléctrica. “Nuestra ambición es demostrar que Europa puede producir coches eléctricos tan competitivos como cualquier país, incluidos los chinos”, proclamó François Provost, CEO de Renault.

De hecho, ya intentó vender su nuevo Renault Twingo eléctrico a Volkswagen, pero la negociación fracasó y el grupo alemán optó por su propio modelo, el ID.1. Además, el Renault 5 eléctrico también es la base del nuevo Nissan Micra. Con el nuevo acuerdo, será posible ver versiones de Ford de los modelos de Renault Twingo, 5 o 4.

En furgonetas, Renault podrá paliar con Ford la finalización del acuerdo que mantenía con Mercedes para producir el modelo Citan basado en el Kangoo francés.

El papel de Ford en Almussafes

La nueva colaboración llega tras la experiencia de dos acuerdos anteriores que siguen en marcha. En 2019, Ford y Volkswagen ya firmaron una alianza para desarrollar ‘pick-ups’ y furgonetas y, más tarde, para compartir la plataforma eléctrica MEB del grupo alemán. De esos acuerdos han salido los SUV eléctricos Ford Explorer y Capri, que reaprovechan los modelos VW ID.4 e ID.5 aunque con unos resultados de ventas por debajo de las expectativas. Además, el grupo estadounidense creó Ford Otosan, una empresa conjunta con la compañía turca Koç Holding, para producir vehículos comerciales en Europa. 

En medio de este tablero, Ford insiste en un mensaje para España. A pesar de apostar por fabricar en Francia los próximos modelos eléctricos, la compañía asegura que la planta de Almussafes (Valencia) “seguirá desempeñando un papel clave” en la transición multienergía y en la ampliación de la gama europea. Para una factoría que ha vivido años de incertidumbre, la frase suena más a tranquilizador que a definitivo, pero mantiene viva la expectativa.

Ford y Renault se alían pero sin fusión

Tanto Farley como Provost se apresuraron a aclarar que el acuerdo no es la fase previa para una fusión, ni intercambio de acciones. Esto es una alianza industrial pura, nacida en una reunión en Detroit el pasado marzo, y que aspira a convertir a dos fabricantes debilitados en una fuerza conjunta más difícil de ignorar.

Dentro de cuatro años, cuando los primeros eléctricos pequeños “made in Renault, branded by Ford” lleguen al mercado, Europa será otro lugar. Los chinos habrán avanzado más, las políticas de emisiones serán aún más estrictas y la electrificación ya no será una opción sino un estándar.

Para entonces, se sabrá si esta alianza francoamericana es un parche, una estrategia de supervivencia o el inicio de un nuevo manual para la industria —el que Farley aseguró que se escribirá en Europa— en una carrera donde ya nadie compite solo.

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