Mientras Bruselas debatía el futuro de la industria del automóvil en el marco del tercer Diálogo Estratégico de la Comisión Europea, el sindicato UGT FICA alertaba de que la descarbonización y el vehículo eléctrico no pueden traducirse en destrucción de empleo, sino en una transición justa donde la formación y la recualificación profesional sean el salvavidas de miles de trabajadores.
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El sindicato, junto a la asociación Transport & Environment (T&E) España, presentó un decálogo de medidas para impulsar el vehículo eléctrico en España. El documento, que aspira a convertirse en hoja de ruta de la transformación industrial, plantea desde incentivos fiscales hasta planes de infraestructura de recarga. En el ámbito laboral, la clave es la formación, según UGT FICA.
“Este cambio de modelo afecta no solo a trabajadores y trabajadoras, sino al conjunto de la ciudadanía. Debemos anticipar los impactos y dar tiempo para aplicar alternativas que protejan el empleo”, subrayó Jordi Carmona, secretario del sector automovilístico de UGT FICA. Sus palabras revelan una preocupación latente: sin una estrategia clara, la electrificación puede abrir una brecha social y territorial difícil de cerrar.
Reforma fiscal
La transición tecnológica amenaza con dejar obsoletos muchos oficios ligados a la mecánica tradicional, al tiempo que abre la puerta a nuevos perfiles en software, electrónica de potencia o mantenimiento de baterías. De ahí la insistencia del sindicato en que los gobiernos y las empresas pacten planes de recualificación que permitan reconvertir a quienes hoy dependen de los motores de combustión. “Situar el empleo en el centro de la transformación” no es, para UGT FICA, una consigna retórica, sino una condición para la viabilidad de la transición.
El decálogo reclama, además, reforzar instrumentos como el contrato de relevo para facilitar el traspaso generacional, y reclama que se haga permanente. La modernización de la fiscalidad del automóvil y la implantación de incentivos a la compra inmediatos —en lugar de retrasados meses— completan un paquete que también incluye la introducción de e-credits, el fomento del leasing social en áreas rurales o la promoción del eco-score como estímulo para la producción europea.
Para Manuel Riera, técnico del área de Transición Ecológica de UGT, el vehículo eléctrico representa “una oportunidad para reindustrializar, modernizar y generar empleo de calidad sin dejar a nadie atrás”. Y Laura Vélez de Mendizábal, de T&E, recordó el espejo portugués: allí los beneficios fiscales han triplicado las ventas de eléctricos respecto a España en 2024.