La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, convirtió el Debate sobre el Estado de la Unión en un alegato a favor del automóvil eléctrico y en un reclamación al sector. Desde la tribuna del Parlamento Europeo, lanzó un mensaje directo a la industria: Europa necesita coches eléctricos pequeños, ligeros y asequibles para cumplir con el objetivo de emisiones cero en 2035 y frenar la ofensiva china.
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“No podemos dejar que China y otros conquisten este mercado. Pase lo que pase, el futuro es eléctrico y Europa formará parte de él”, advirtió la máxima dirigente de la Comisión Europea.
Un “plan de choque” con dos frentes
Von der Leyen adelantó que la Comisión propondrá una Iniciativa para Coches Pequeños y Asequibles, destinada a movilizar al sector en torno a este segmento clave. “Millones de europeos quieren comprar coches europeos asequibles”, señaló, instando a fabricantes y proveedores a responder a una demanda creciente tanto dentro como fuera del continente.
El segundo frente es el financiero: la presidenta confirmó un paquete de 1.800 millones de euros en fondos de capital para impulsar la producción de baterías fabricadas en Europa, con el objetivo de reducir la dependencia asiática y blindar el empleo industrial en la cadena de suministro.
El horizonte de 2035 en revisión
La UE mantiene su hoja de ruta: a partir de 2035 estará prohibida la venta de coches y furgonetas nuevas con emisiones de CO₂. Una meta que muchos fabricantes siguen cuestionando por su viabilidad, en un contexto de competencia feroz y costes elevados.
Von der Leyen defendió, sin embargo, que la flexibilidad introducida en la regulación de 2025 —permitiendo a los fabricantes postergar reducciones de CO₂ hasta 2027— ya está dando resultados, y anunció que la Comisión trabaja ahora en una revisión del calendario de 2035.
Orgullo europeo en riesgo
“El automóvil es un pilar de nuestra economía e industria, un orgullo europeo”, subrayó Von der Leyen, en un discurso que sonó tanto a advertencia como a invitación al diálogo. Este viernes se reunirá en Bruselas con los líderes de la ACEA (fabricantes) y la CLEPA (componentes), para abrir la negociación sobre el futuro inmediato del sector.
Europa busca así recuperar el terreno perdido frente a China, que ha inundado el mercado con modelos eléctricos asequibles, y mantener su industria automotriz como motor económico. El reto, advirtió la presidenta, es combinar neutralidad climática, competitividad y soberanía industrial.