Industria

El alza de los ERTE en automoción amenaza el desempleo de los trabajadores

UGT reclama al Gobierno que apruebe de forma urgente la reposición de los días de paro gastados por los afectados

Trabajadores de la planta de Iveco de Madrid durante una huelga en 2018

Trabajadores de la planta de Iveco de Madrid durante una huelga en 2018

Toni Fuentes

08.12.2019 23:45h

3 min

Mientras los líderes mundiales debaten medidas para frenar el cambio climático en la cumbre de Madrid, la industria de automoción sigue sufriendo las consecuencias de una transición acelerada. La automoción aumenta la cifra de trabajadores afectados por expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE), hasta el punto de que el auge de esta medida amenaza con dejar a cero la bolsa individual de la prestación por desempleo. 

La industria del automóvil acumulaba en septiembre pasado un total de 17.351 empleados afectados por expedientes de regulación, de los que casi 1.000 fueron despidos y 16.377 eran suspensiones de temporales de contrato, según las estadísticas oficiales del Ministerio de Empleo referidas estrictamente a las fábricas de vehículos. 

Sin embargo, teniendo en cuenta todo el tejido de fabricantes de componentes y otros proveedores la cifra de afectados llega a unos 150.000, según las estimaciones del sindicato UGT. 

Agotamiento del desempleo

Cuando las medidas de flexibilidad interna son insuficientes para ajustar a la baja la producción de las fábricas, las empresas optan por presentar un ERTE. En esa situación, los trabajadores afectados pasan a situación de inactividad durante los días previstos en el ERTE, en los que el Inem paga a los operarios la prestación de desempleo con la posibilidad de que las empresas puedan complementar esa paga. 

Eso quiere decir que por cada día de inactividad, los trabajadores gastan más de un día de media de su bolsa de prestación de desempleo. El problema surge cuando se produce una encadenación de expedientes, que puede inflar la pérdida de días de paro y dejar al empleado desprotegido si se produjera un despido.

Para Jordi Carmona, responsable de automoción de UGT, es urgente que el Gobierno apruebe una medida de reposición de los días de desempleo consumidos en la industria de automoción teniendo en cuenta "la cantidad de ERTE que está habiendo y los que vendrán por la incertidumbre de los usuarios y la compra de menos vehículos, las transformaciones y adecuaciones que tienen que hacer los centros de trabajo".

Medida urgente

Para evitar situaciones potenciales de desprotección, la reposición de los días de desempleo consumidos en los casos de despido se debería aprobar por la vía de urgencia sin esperar a la puesta en marcha del acuerdo estratégico del sector del automóvil, que previsiblemente se demorará hasta que se pueda aprobar un Presupuesto por el nuevo Gobierno.

La lista de empresas que tienen expedientes en marcha, anunciados o que han pasado recientemente por esa situación es larga e incluye compañías como Nissan, Ford, Iveco, Treto y TE Connectivity

UGT observa con preocupación el adelgazamiento de las plantillas de las fábricas de vehículos y de componentes, en las que se ha perdido un 13% de la mano de obra en cuatro años y en las que las compañías se han desprendido de un 65% de los eventuales debido a la mayor facilidad legal y su coste indemnizatorio más bajo.  

Más recortes de empleo 

Los temores de UGT llegan cuando un estudio del Bank of America alerta de que los fabricantes de automóviles deberán llevar a cabo recortes de plantilla durante la próxima década para hacer frente a los altos costes laborales y no ver así reducidos sus márgenes. Además, el estudio resalta que cada vez se verán más fusiones entre grandes grupos para lograr sinergias, como la que se dará próximamente entre el Grupo PSA y Fiat Chrysler Automobiles (FCA), que crearán el cuarto consorcio automovilístico más grande del mundo.

Para Bank Of America Research, los costes surgidos por las normas de emisiones de dióxido de carbono (CO2) adoptadas por los distintos gobiernos son otra traba para la rentabilidad de las compañías. También considera que algunos de los costes que rodean a los vehículos electrificados se podrían trasladar al consumidor, por lo que teme que baje la demanda de este tipo de vehículos si su precio se incrementa "demasiado rápido".

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