Portugal vuelve a situarse a la vanguardia de la movilidad eléctrica en Europa con la aprobación de un nuevo marco regulador que simplificará y abaratará la recarga de vehículos eléctricos. El Consejo de Ministros del Gobierno luso ha dado luz verde a una batería de medidas que eliminan barreras burocráticas y fomentan la competencia en el sector, permitiendo que cargar un coche eléctrico sea tan sencillo como repostar gasolina.
Una revolución en la infraestructura de recarga
El nuevo modelo pone fin a un sistema que obligaba a los conductores a tener contratos previos con proveedores específicos para acceder a determinados puntos de carga. A partir de ahora, cualquier usuario podrá dirigirse a una estación de recarga, enchufar su vehículo y pagar directamente, sin necesidad de intermediarios ni suscripciones.
Además, se establecen nuevos criterios de transparencia en la tarificación. Los precios deberán presentarse de forma estandarizada, permitiendo comparaciones claras entre operadores y evitando distorsiones de mercado. Esta medida cobra especial relevancia en un país donde, según el Gobierno, los costes de carga de los vehículos eléctricos son más elevados que en otras naciones europeas.
Otro cambio significativo es la eliminación de la figura del comercializador de movilidad eléctrica, un intermediario que hasta ahora gestionaba los pagos y cobraba tasas adicionales. Según explicó el ministro de la Presidencia, António Leitão Amaro, esta decisión aumentará la competencia y reducirá los costes para los usuarios.
Carga bidireccional y autoconsumo
El Gobierno también ha introducido medidas innovadoras como la posibilidad de que las estaciones de recarga produzcan su propia energía para el autoconsumo. Esto permitirá que los puntos de carga utilicen electricidad generada in situ, reduciendo la dependencia de la red y fomentando el uso de energías renovables.
Además, se ha dado un paso clave hacia la implementación de la carga bidireccional, un sistema que permitirá que los coches eléctricos devuelvan energía a la red cuando estén conectados y no en uso. Esta tecnología, conocida como V2G (Vehicle-to-Grid), es considerada un pilar fundamental para la estabilidad del sistema eléctrico en el futuro.
Un impulso para la electrificación del parque automovilístico
Las nuevas medidas se unen a otras como la rebaja fiscal y la unificación de los puntos de carga en un solo mapa de una aplicación pública que han impulsado la penetración de los vehículos electrificados muy por encima de las cifras de España, a pesar de tener un menor nivel de renta en Portugal.
El mercado de vehículos eléctricos en Portugal sigue en crecimiento. En enero de 2025 se vendieron 5.339 coches eléctricos, de los cuales 3.733 eran nuevos y 1.666 usados, según datos de la Asociación de Usuarios de Vehículos Eléctricos (UVE). Con este nuevo marco regulador, el Gobierno espera que la electrificación del parque automovilístico se acelere aún más.
Para reforzar este impulso, se han aprobado medidas adicionales como la emisión de bonos de carbono individuales para quienes carguen sus coches con electricidad 100% renovable. Este incentivo pretende fomentar aún más el uso de energías limpias en la movilidad eléctrica.
Portugal, un modelo a seguir en Europa
Con este nuevo marco regulador, Portugal marca el camino para otros países europeos en la transición hacia la electromovilidad. Mientras en otras regiones persisten los debates sobre la falta de infraestructura y los altos costes de recarga, el Gobierno luso ha optado por una estrategia pragmática que facilita el acceso, reduce costes y promueve la competencia.
Tal como destacó el ministro de Infraestructuras, Miguel Pinto Luz, Portugal fue pionero en movilidad eléctrica hace más de una década, pero perdió impulso en los últimos años. Con esta reforma, el país vuelve a posicionarse en la vanguardia de la electrificación del transporte, facilitando la vida a los conductores y consolidando un modelo más sostenible y eficiente.