El grupo Volkswagen acabó el primer semestre de 2025 con un beneficio neto atribuido de 4.005 millones de euros, un 36,6 % menos que en el mismo periodo del año anterior, lastrado principalmente por el impacto de los aranceles estadounidenses y los costes de su profunda reestructuración interna.
Según los resultados presentados este viernes, la política comercial proteccionista del presidente Donald Trump está afectando duramente a la compañía: los aranceles a los automóviles importados en EEUU supusieron un sobrecoste de 1.300 millones de euros en el semestre, de los que 1.200 se concentran de abril a junio, lo que se tradujo en un deterioro directo de su rentabilidad.
A ello se suman los costes derivados de su plan de reestructuración global, que incluye el recorte de 35.000 empleos en Volkswagen, 7.500 en Audi (contando el cierre de la planta de Bruselas) y 1.900 en Porsche solo en Alemania, en un intento por reforzar su competitividad y rentabilidad de cara a los próximos años.
Revisión a la baja de pronósticos
El resultado operativo también sufrió un duro golpe, con una caída del 32,8 % hasta los 6.707 millones de euros, y la rentabilidad operativa sobre las ventas se redujo hasta el 4,2 % (frente al 6,3 % de un año antes). La compañía revisó a la baja sus previsiones para este ejercicio, anticipando una rentabilidad operativa de entre el 4 % y el 5 %, por debajo de la horquilla anterior del 5,5 % al 6,5 %, debido tanto a los aranceles como al menor rendimiento de sus marcas premium Porsche y Audi.
Marcas premium y camiones también caen
Porsche vio desplomarse su beneficio operativo un 71,3 %, hasta 832 millones, mientras Audi bajó un 45 %, hasta 1.087 millones. También su división de camiones, Traton, redujo su beneficio operativo un 39,3 %, hasta 1.245 millones, debido a la caída de pedidos en EE.UU. por los aranceles y al menor volumen de transporte en el país. Seat y Cupra, por su parte, redujeron su beneficio operativo un 90,6 %, hasta solo 38 millones de euros.
Cifras de ventas y perspectivas
Pese a estos resultados, las ventas globales de Volkswagen crecieron ligeramente un 1,3 %, hasta 4,4 millones de unidades, y su cartera de pedidos en Europa aumentó un 19 %, con un fuerte repunte de los pedidos de vehículos eléctricos (+62 %). La facturación semestral se mantuvo estable en 158.364 millones de euros.
Oliver Blume, consejero delegado del grupo, destacó que “Volkswagen mantiene su posición en un entorno extremadamente desafiante” y confía en que la ofensiva de nuevos modelos y el control de costes impulsen la rentabilidad en la segunda mitad del año, aunque advirtió de la elevada incertidumbre que suponen los aranceles estadounidenses.