Industria

Punch detalla su oferta por Nissan Barcelona

El proveedor belga ofrece una inversión inicial de 50 millones y aspira a recibir 150 millones públicos para recolocar a 1.000 empleados

Andy Palmer, exdirectivo de Nissan y Aston Martin y ahora de Punch / EP

Andy Palmer, exdirectivo de Nissan y Aston Martin y ahora de Punch / EP

Toni Fuentes

23.07.2021 12:09h

4 min

El proveedor del automóvil belga Punch se postula como la mejor opción para una alternativa industrial para las fábricas que dejará Nissan en Barcelona a final de 2021. Andy Palmer, exdirectivo de Nissan y ahora impulsor del proyecto de Punch, ha explicado algunos detalles de la oferta, que prevé que el peso inicial de las inversiones recaiga sobre fondos públicos.

Punch ha anunciado, a través de comunicados y de varias entrevistas de Andy Palmer en medios de comunicación, que quiere invertir unos 650 millones de euros y mantener empleos afectados por la marcha de Nissan con un proyecto para producir vehículos. En una entrevista a Europa Press, Andy Palmer, ha explicado que, en una primera fase, el proyecto de Punch prevé una inversión del grupo belga de unos 50 millones de euros destinados a renovar la nave de pintura que dejó pendiente la multinacional japonesa.

Además, la compañía cuenta con disponer de otros 50 millones adicionales de ayudas del Gobierno y otros 100 millones provenientes de un préstamo respaldado por el Estado. En total, 50 millones de Punch y 150 millones públicos. Palmer no explica cómo pretende que este esquema de ayudas públicas supere los exigentes límites de subvenciones en la Unión Europea, incluso con los nuevos fondos de recuperación Next Generation EU. 

Límite de ayudas públicas

El secretario general de Industria, Raül Blanco, aseguró hace unos días que el proyecto que resulte ganador en la comisión de reindustrialización de Nissan Barcelona recibirá las ayudas públicas disponibles de las administraciones. El proyecto de Punch tiene como principal competidor el consorcio D-Hub, formado por varias empresas medianas encabezadas por la catalana QEV Technologies y las suecas Volta Trucks a Inzile y que incluye también el productor de motos eléctricas Silence.

"Esto es para que el proyecto despegue y se instale. Luego, obviamente, a través del ciclo de vida del producto, a medida que realizamos cambios menores, serán necesarias otras inversiones, particularmente para introducir la tecnología del hidrógeno y desarrollar nuevos modelos, por lo que es cuando están contemplados otros 450 millones de euros", ha indicado Palmer, que no concreta el origen de estos fondos. 

Palmer y el grupo Punch tendrán que vencer otro obstáculo importante y que parece difícil de superar en estos momentos. El proyecto del grupo originario de Bélgica parte de la base de llegar a un acuerdo con Nissan para seguir produciendo bajo licencia durante unos años los mismos modelos que se fabrican ahora en la planta de Barcelona, la furgoneta eléctrica e-NV200 y la 'pick up' Navara. Palmer prevé que la producción de esos modelos pueda llegar a 25.000 unidades al año, una cifra mucho más baja que la capacidad instalada para 200.000 unidades y que la producción superior a 50.000 unidades en 2019. 

"Cambiaremos el enfoque de ambos vehículos de uno de venta minorista a uno que sea más un caballo de batalla", ha explicado Palmer, que ha añadido que se mantendrán en un primer momento las plataformas de los modelos y las inversiones se centrarán en los motores, para alcanzar los estándares europeos de emisiones e introduciendo mecánicas de hidrógeno a partir de 2025. 

Excedente de plantilla a corto plazo

Otro hándicap de la propuesta de Punch es que a corto plazo solo ofrece recolocar a 1.000 empleados de los 1.500 trabajadores de Nissan que no se prejubilarán, sobre una cifra total de 2.525 afectados por el cierre. "Tendremos 1.000 empleados para finales de 2023 y 2.000 para finales de 2025. Entonces, si consideramos que hay menos de 2.000 empleados en la actualidad en Nissan, nuestras cifras superarán el escenario actual", ha subrayado, tras añadir que también se estarían garantizando los puestos en las empresas proveedoras.

El directivo, en la misma entrevista concedida a Europa Press, ha reiterado que se trata de un proyecto a largo plazo, que se centrará en propulsiones alternativas.

Palmer no ha querido hablar sobre los motivos por los que Nissan ha decidido abandonar su producción en España, pero ha recordado que se trata de un cambio "muy claro" en su estrategia, con la intención de centrarse en mercados como el japonés, el asiático en general y el estadounidense.

"Creo que si miramos los proyectos que se están presentando, algunos de ellos no necesitan realizarse en el sitio de la fábrica de Nissan. Se pueden hacer en cualquier lugar. La planta de Nissan en Barcelona es una fábrica de automóviles y nuestra propuesta es la única que se centra en la fabricación de automóviles, así que si están buscando aprovechar al máximo los activos que tienen y si están buscando replicar la cantidad de trabajos que hay hoy, entonces obviamente la fabricación de automóviles debería ser reemplazada por otra fabricación de automóviles", ha sentenciado.

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