El fabricante de componentes para la automoción Magneti Marelli ha comunicado la intención de cerrar la fábrica de Santpedor (Barcelona), lo que supondría el despido de sus 52 trabajadores. La decisión sitúa la factoría, que fabrica tubos de escape, como una víctima de la electrificación de la movilidad, a pesar de que el ritmo de ventas de eléctricos es más bajo de lo previsto.
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La medida forma parte de un proceso de reestructuración global de la compañía, que busca adaptar su producción al nuevo escenario de la movilidad eléctrica. Desde la empresa, la medida se justifica por causas productivas, ante la caída sostenida de la demanda de tubos de escape, uno de los componentes más afectados por la transición hacia el vehículo eléctrico y la descarbonización del parque automovilístico.
CCOO pide recolocaciones
Según fuentes del sindicato CCOO, la dirección informó a los empleados de su voluntad de iniciar un expediente de regulación de empleo (ERE) con el objetivo de clausurar la factoría. El sindicato reclama la recolocación íntegra de los afectados en los otros dos centros que Marelli mantiene en Barberà del Vallès y Llinars del Vallès, ambos en la provincia de Barcelona.
El cierre de la fábrica de Marelli tiene lugar en un contexto de recorte de actividad de los proveedores. La primera reunión de la nueva junta directiva de Sernauto bajo la presidencia de Javier Pujol, consejero delegado de Ficosa, dejó un mensaje inquietante con la rebaja de las previsiones y pérdidas de negocio y empleo. El descenso de los volúmenes de producción mundial de vehículos junto con el clima de incertidumbre están haciendo mella en el sector, según Sernauto.
Sernauto revisó a la baja sus previsiones para el cierre de 2025, que incialmente apuntaban a un mantenimiento tanto de la facturación como del empleo. Ahora, Sernauto estima una caída del 2 % en la facturación y del 1 % en el empleo respecto a 2024, lo que supondría el segundo ejercicio consecutivo con retroceso en cifras globales.
Multinacional en apuros
Un informe reciente de CLEPA, la patronal continental de proveedores, advierte de una brecha de costes de entre el 15 % y el 35 % frente a competidores de Asia y Estados Unidos, lo que podría poner en riesgo hasta 350.000 empleos en la próxima década.
Además, Marelli afronta una complicada coyunyura. El fabricante, propiedad de la firma de capital privado KKR, se declaró en bancarrota. Marelli se creó en 2019 tras la fusión de Magneti Marelli y la japonesa Calsonic Kansei. Fiat Chrysler (FCA), ahora parte de Stellantis (STLAM.MI)., abre una nueva pestaña, vendió Magneti Marelli a Calsonic Kansei, propiedad de KKR, por 5.800 millones de euros (6.660 millones de dólares).