Gestamp ha presentado sus resultados anuales de 2024 con una caída del 33,1% en su beneficio neto, que alcanzó los 188 millones de euros, en un año marcado por la incertidumbre en la industria de la automoción y una ralentización en la producción de vehículos. A la vista de la pérdida de rentabilidad, Gestamp ha anunciado una revisión de sus inversiones con el fin de buscar la "racionalización".
A pesar del contexto desafiante, el proveedor de automoción que preside Francisco Riberas logró unos ingresos de 12.001 millones de euros, un 2,22% menos que en 2023, y mantuvo su fortaleza financiera, según indicó, gracias a un sólido control del gasto y la optimización del flujo de caja. Sin embargo, el margen de rentabilidad también cayó desde el 2,2% de beneficio neto sobre la factutación en 2023 hasta el 1,5% el año pasado. Teniendo en cuenta elñ Ebitda, el margen de beneficio bajó del 11,2% al 10,8%.
Ajuste de inversiones y control del gasto
El presidente ejecutivo de Gestamp, Francisco Riberas, ha subrayado la necesidad de mantener una estrategia prudente en un entorno de "alta incertidumbre, volatilidad y crecimiento limitado del mercado". En este sentido, la compañía ha anunciado una racionalización de su estrategia de inversiones (Capex), enfocándola en regiones y tecnologías de alto crecimiento, con el objetivo de asegurar un retorno óptimo del capital.
La caída en la producción global de vehículos ha sido un factor clave en los resultados del grupo. En 2024 se fabricaron 89,4 millones de vehículos ligeros en todo el mundo, un 1,1% menos que en el año anterior. Sin embargo, este nivel de producción se mantiene en los valores previos a la pandemia de 2019.
En respuesta a esta situación, Gestamp ha fortalecido su estrategia de diversificación geográfica y tecnológica, logrando superar en 4,5 puntos porcentuales el crecimiento del mercado a tipo de cambio constante.
Solidez financiera y reducción de deuda
Uno de los pilares estratégicos de Gestamp ha sido mantener la estabilidad financiera. La compañía cerró 2024 con un flujo de caja positivo de 134 millones de euros, excluyendo el impacto del Plan Phoenix, su programa de reestructuración en Norteamérica.
A nivel de deuda, la empresa finalizó el año con un apalancamiento de 1,6 veces deuda neta sobre Ebitda, situándose en 2.097 millones de euros, uno de los niveles más bajos desde su salida a bolsa en 2017.
Impacto en la movilidad eléctrica y previsiones para 2025
El mercado de vehículos eléctricos ha avanzado más lentamente de lo esperado, lo que ha afectado a la producción en Europa Occidental y la región de NAFTA, dos áreas clave para Gestamp. Sin embargo, la empresa ha mantenido estable su volumen de ventas en componentes para vehículos eléctricos, que representaron el 20% de sus ingresos en 2024, en línea con el año anterior.
De cara a 2025, Gestamp prevé que la producción mundial de vehículos se mantenga estable en torno a los 89 millones de unidades. En este contexto, la compañía espera crecer por encima del mercado y mantener su rentabilidad, con un enfoque en la disciplina financiera y la eficiencia operativa.
Además, la firma cuenta con una cartera de pedidos de 51.100 millones de euros para los próximos cinco años, lo que refuerza su visión a largo plazo y su apuesta por la movilidad sostenible. “Debemos volver a los pilares de nuestra estrategia y buscar nuevas oportunidades de creación de valor para liderar la transformación de la industria", ha enfatizado Riberas.