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Química al servicio de la movilidad

Ricardo Díaz, el presidente de los químicos en España, habla sobre los vehículos eléctricos y sus riesgos y de la aportación de la química a la movilidad

Ricardo Díaz, el presidente de los químicos en España, habla sobre los vehículos eléctricos y sus riesgos y de la aportación de la química a la movilidad

Juan Carlos Payo

02.09.2025 18:31h

8 min

“Es absurdo utilizar la ciencia para hacer política”. Me quedo con este titular tras hablar con Ricardo Díaz, decano presidente del Consejo General de Colegios de Químicos de España, para hablar de movilidad, de los nuevos vehículos eléctricos y sus posibles riesgos y de lo que se tercie...

-¿Cómo podéis ayudar desde el conocimiento científico a mejorar la movilidad actual y venidera?

-El conocimiento científico ayuda a mejorar la calidad de vida de esta generación y de las futuras. Por lo tanto, el conocimiento científico siempre va a ayudar. Pero el conocimiento científico es absolutamente necesario que se desligue de cualquier cuestión de interés político, económico y tiene que estar al servicio social. En materia de movilidad, soluciones y problemas, es necesario escuchar más a los técnicos y mucho menos al sector político.

-Quiero tu opinión como químico, del tema del incendio de baterías, porque estamos viviendo una realidad que puede enturbiar una tecnología que se está expandiendo.

-Todas las tecnologías tienen un periodo, primero, de descubrimiento; luego de tecnificación pasando a la patente y al mercado; y finalmente, de maduración. Tú en tu tecnología tienes que prever posibles riesgos, o si los has previsto, anticiparte para solucionarlos o minimizarlos. En este caso, nos encontramos con algunas baterías que “escandalosamente” se incendian y que no hay quien pare ese fuego. Esto es una realidad y para evitarlo, lo primero que hay que hacer es ir mejorando la seguridad en cuanto al bloque de lo que es la batería. Lo que hay que tener muy claro es que hay que tener puntos de temperatura en cada 5, 6, 7cm² de batería. ¿Por qué? Porque las baterías, cuando empiezan a calentarse es un indicador de que puede haber un cortocircuito interno. Eso, al final, puede desembocar, casi siempre, en un incendio de esa batería. Como lo que se quema ahí es un metal, para el metal, en su oxidación, prácticamente cualquier material le sirve para seguir quemando. O sea, no necesita siquiera oxígeno. Y si vas a echarle agua, por ejemplo, el agua le viene muy bien para seguir con su proceso de combustión. Es muy difícil pararlo entonces. Se necesita optimizar la seguridad para poder llegar a permitir con garantías que se pueda cargar electricidad dentro una zona en la que no hay salida de gases, que puede ser un problema en caso de incidente.

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Entrevista a Ricardo Díaz, el presidente de los químicos en España

-¿Qué papel juega la química en el desarrollo de soluciones para ciudades más sostenibles?

-La química es todo, allá donde mires hay química. En un tejido, la química está en la medicina, en lo sanitario… Está en los plásticos, está en los combustibles, está en los materiales de construcción, está en todos los materiales que se utilizan en los vehículos. Hay mucho que trabajar en química. Por ejemplo, en el aspecto de seguridad, tenemos muy claro que se ponen ignifugantes, por ejemplo, en las espumas de los asientos para evitar la propagación de la llama. Pero ¿qué ocurre? Que muchos de esos ignifugantes estamos descubriendo ahora que tienen problemas, en algunos casos, para la salud. Se está sustituyendo en la industria química todo aquello que puede provocar una toxicidad. Primero vamos a la seguridad del accidente, a que no haya un incendio, a que no haya accidentalidad; y luego vamos a la parte de higiene, digamos a la parte de que no se produzcan daños respiratorios, o cualquier otra cuestión, por el uso de esos materiales. Si hablamos de ciudades sostenibles, pues ahí podemos tener desde asfalto que absorbe el ruido a pinturas que son capaces de empezar a absorber el CO2. Estamos hablando en estos casos todavía de investigación básica. Queda mucho trabajo para el desarrollo. La química es lo fundamental para luego poder llegar a desarrollar todos esos otros sistemas o procesos.

-Siempre me interesa la opinión de un científico sobre el cambio climático. ¿Dónde estamos y hacia dónde nos dirigimos?

-Es importante saber que los científicos tienen todos algún tipo de interés, porque son personas. Quiero decir que todo el mundo tiene su opinión. ¿Que el cambio climático existe? Esto es innegable. Pero ¿existe como consecuencia de la acción humana exclusivamente? Exclusivamente estoy seguro de que no. ¿Por qué? Siempre ha habido cambio climático. ¿Que la acción humana está ayudando mucho? Seguro, con total seguridad. Pero en todo esto yo lo que diría es que lo que hemos hecho hasta ahora puede haber acelerado el cambio climático. El objetivo debe ser intentar poner las pautas que nos permitan tener la misma calidad de vida, que es lo importante. Porque la ciencia está al servicio de la sociedad, no la sociedad al servicio de la ciencia, ni del científico. Tenemos que mantener la misma calidad de vida. Pero eso sí, protegiendo la calidad de vida también de las generaciones venideras. ¿Con esto qué es lo que digo? Que sí, que vamos a dejar de quemar, poco a poco, en la medida de las posibilidades que vayamos teniendo; hay que dejar de emitir CO2, hay que capturar ese CO2… Pero hay algo que es importantísimo y que estamos pasando por alto: ¿se están tomando medidas para amortiguarlas y que no se produzcan víctimas, incluso mortales, en la población? Por ejemplo, se sabe que vienen ahora avenidas de agua, que van a venir muchísimas tormentas y que la pluviosidad va a ser extrema. ¿Estamos tomando medidas para no construir en cauces que pueden ser anegables? ¿Estamos tomando medidas para crear diques de contención para poder regular ese caudal? La respuesta es no. Pero seguimos buscando solo el culpable. Y el culpable puede ser usted que tiene un coche diésel. Es una locura. Lo que hace falta es un poco de sensatez en todo esto. Es decir, ¿el cambio climático existe? Sí. ¿Es únicamente por efecto de la actividad humana, exclusivamente? No, porque ha habido otros cambios climáticos, y lo más importante es que tenemos que entender que somos parte del sistema y no podemos ensayar desde fuera un sistema que yo estoy manipulando. Tenemos esas incógnitas que probablemente sean muy difíciles de discernir hasta qué extremo el hombre es responsable de qué porcentaje del cambio climático actual. Es decir, aumento de CO2 produce un aumento térmico, ¿es casual o causal? De cualquier forma, esto no es ninguna opinión negacionista, todo lo contrario. Afirmo que el cambio climático existe, pero que no estamos tomando las medidas que deberíamos tomar; estamos buscando culpables y volvemos otra vez a una utilización política. Es absurdo utilizar la ciencia para hacer política.

-Tienes también un amplio recorrido docente a nivel universitario. ¿Es nuestro país competitivo formando talento y atrayéndolo para que beneficie a nuestra sociedad?

-¿Somos competitivos formando gente, formando buenos técnicos, formando buenos científicos? Sí. ¿Atraemos a esos científicos para quedárnoslos aquí? No. Hacemos una fuerte inversión en universidades, a pesar de que se debe hacer más inversión, pero hay una buena inversión. Tenemos muy buenas universidades, muy buena ciencia en España; pero nos quedamos única y exclusivamente a nivel de investigación fundamental. No buscamos la aplicación como beneficio económico. Es decir, no hay un retorno de esa inversión que hace España en ciencia. No hay un retorno directo sobre la sociedad. Nos dedicamos a escribir artículos científicos que son para el dominio universal. De tal manera que nos leen en Japón, en Estados Unidos y en otros muchos sitios desde empresas de manera gratuita. Aquí podemos formar muy buenos técnicos, que lo hacemos. Además hablan todos inglés mejor que ninguna de las generaciones anteriores, con lo cual solamente nos falta darles el billete para que se vayan fuera a esas otras empresas que sí están haciendo inversión en innovación a partir de la ciencia fundamental que generamos en España. Es allí fuera donde se van nuestros técnicos, generan las patentes y luego esas patentes o tecnologías se venden a España. Por tanto, España ¿qué es lo que está haciendo? Está pagando para generar ciencia, está pagando para formar a los científicos y luego está pagando también para comprar las patentes creadas por esos científicos que nosotros hemos formado. Y podríamos entrar entonces en cuestiones de incentivación fiscal a la investigación, a la innovación, reducción de cargas fiscales para estas empresas que generan innovación. Claro, la innovación está a años luz en España de lo que generan las universidades. Y esto es porque es perniciosa nuestra manera de premiar al investigador, de incentivar al investigador. ¿Aquí como se incentiva al investigador? Se le paga por sexenio de investigación. Pero ese sexenio de investigación solamente es valorado si tienes papers científicos, es decir, artículos. Las patentes prácticamente no se valoran en absoluto. El desarrollo que tú hayas hecho para una empresa en innovación no se valora tampoco a nivel científico. Es más, incluso, lamentablemente hay una cierta perspectiva que es totalmente errónea de “oye, si tú estás trabajando para hacer una innovación en una empresa y eres profesor universitario, estás mercantilizando la universidad”. Estamos en una burbuja ideológica de la que somos incapaces de salir y nos estamos ahogando económicamente, nos estamos asfixiando y estamos sacando a lo mejor de nuestra juventud fuera de España. Nuestros jóvenes, que tienen la mejor capacitación, se van cotizando y tributando fuera. Ésta es una realidad.

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