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El CEO de Renault, Luca de Meo, con algunos trabajadores en la planta de Valladolid / EFE

El CEO de Renault, Luca de Meo, con algunos trabajadores en la planta de Valladolid / EFE

Llegan las valiosas inversiones postpandemia en la automoción

El anuncio de los planes industriales de Renault y Seat marca el camino para salvar el 'milagro' español del automóvil

Toni Fuentes

21.03.2021 00:00h

3 min

La labor de Luca de Meo en favor de España ha sido merecedora de la Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica que concede el Gobierno central a través del Ministerio de Asuntos Exteriores. Recibirá la distinción como consejero delegado de Renault y en vísperas de la presentación, en presencia del Rey y Pedro Sánchez, de un plan industrial que garantiza el futuro de las fábricas españolas. Pero también puede recibir la condecoración por la labor hecha hasta 2019 como presidente de Seat, ya que en esa etapa nació el proyecto de desarrollar y producir un coche eléctrico pequeño en la planta de Martorell.  

Se trata de las dos inversiones postpandemia en la automoción más importantes anunciadas hasta ahora y que valen mucho más de lo que representan en miles de millones y empleos salvados o creados. Tanto en el caso de Renault como en el de Seat y la planta de Volkswagen de Navarra, se trata de proyectos enfocados hacia la nueva movilidad electrificada. Es el principal objetivo de las inversiones de las empresas de automoción, que en 2020 mantuvieron su apuesta a pesar de los recortes en otros ámbitos, según destacaba el barómetro Auto Mobility Trends. Habrá que ver qué efectos recoge la edición de 2021 de la encuesta, que se encuentra en fase de recogida de respuestas.  

Piezas de la nueva movilidad

Las fábricas de Renault de Valladolid y Palencia producirán nuevos modelos híbridos que se suman a los que ya se ensamblan (Captur y Mégane), que se están convirtiendo en un segmento de mercado con una amplia demanda. La planta de Seat de Martorell aspira a producir a partir de 2025 su primer coche eléctrico con la plataforma de los utilitarios del grupo, que se unirán a los híbridos que ya se fabrican (León y Cupra Formentor).  

En ambos casos, así como en el resto de fábricas de automoción de España, se necesitarán cada vez más baterías para los vehículos electrificados, por lo que los centros de producción y ensamblaje de baterías serán decisivos porque determinarán en buena parte la competitividad de un elemento esencial del modelo de negocio de la industria del automóvil. 

Inversiones que desafían el nacionalismo

Todos los grupos automovilísticos europeos miran con lupa sus inversiones en estos momentos y las dirigen principalmente a sus países de origen, ya sea Alemania o Francia. El Grupo Volkswagen mantiene un esquema con fábricas de vehículos eléctricos en Alemania, China y Estados Unidos que se puede abrir con el proyecto de España. En el caso de Renault, también cuenta con un 'hub' de vehículos eléctricos en Francia aunque sí abre la producción de híbridos a otros países como España. 

En ese contexto, romper el muro de 'nacionalismo' o el proteccionismo de las multinacionales de automoción con inversiones como las de Seat y Renault tiene mucho más valor y calado. Son, sin duda, inversiones decisivas de las que depende el futuro de la industria de automoción de España y que se pueda mantener el 'milagro' español, un país que es el segundo productor europeo sin contar con ninguna empresa de capital propio.  


El barómetro Auto Mobility Trends crece para tomar el pulso de las empresas de movilidad en la edición de 2021 del primer sondeo transversal del sector. Participa en la encuesta en este enlace.

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