El culebrón de Carlos Ghosn ha experimentado un nuevo cambio de guión con la orden de arresto internacional emitida por la justicia francesa contra el expresidente de Nissan y Renault refugiado en Líbano. La orden ha sido recibida con sorpresa por el entorno del exdirectivo, que huyó de Japón a final de 2019 escondiéndose en una caja de equipamiento musical.
El Tribunal de Nanterre, a las afueras de París, trata de aclarar la regularidad de pagos por un monto de cerca de 15 millones de euros entre Renault Nissan y la empresa que distribuía los coches del grupo en Omán, Suhail Bahwan Automobiles. La investigación, abierta por los presuntos delitos de apropiación debida y blanqueo, también afecta a los propietarios actuales y a los exdirigentes de Suhain Bahwan Automobiles, contra los que también se han lanzado órdenes de arresto. Los magistrados del Tribunal de Nanterre se han desplazado en dos ocasiones al Líbano con motivo de la instrucción del caso y en una de ellas interrogaron a Ghosn.
Ghosn, retenido en Líbano
Una portavoz del gabinete que defiende los intereses de Ghosn en Francia consideró "sorprendente" la orden de detención porque se basa en una instrucción que no ha dado lugar a ninguna condena por el momento. En declaraciones a Efe, la portavoz también subrayó que la medida de la Justicia francesa se ha emitido a sabiendas de que el antiguo máximo ejecutivo de Renault y Nissan "no puede salir" del Líbano debido a la prohibición formulada por los jueces de ese país.
Carlos Ghosn fue consejero delegado de Nissan desde 2001 y de Renault desde 2005, hasta que cayó en desgracia en noviembre de 2018 al ser acusado de múltiples infracciones en Japón. Tras su hida antes de ser juzgado en Tokio, Ghosn se refugió en Líbano, su país natal y un Estado que no tiene convenio de extradición con Japón.
