Anfac, la patronal de fabricantes de vehículos, acaba de presentar el balance del pasado año, que arroja más luces que sombras sobre una actividad que supone el 10% del PIB y el 9% del empleo. Aunque baja la producción, el empleo y la inversión, se mantiene la facturación y suben de forma notable las ganancias.
Las fábricas españolas acumulan dos años consecutivos de caída de la producción: al 19,6% del 2020 se suma el 7,5% de 2021 con una cifra total ligeramente por encima de los 2 millones de vehículos. Las exportaciones retrocedieron un 6,7% el pasado año y el mercado registró una situación prácticamente plana con un crecimiento del 0,3% de las matriculaciones totales (+1% la de turismos con 859.000 unidades).
Mejora del beneficio
A pesar de las dificultades de la coyuntura, marcada por la escasez de microchips en 2021, los fabricantes de vehículos lograron en 2021 viles registraron unas ganancias netas por importe de 1.011 millones de euros en España, lo que supone multiplicar por más de cinco (+432%) el beneficio neto de 189,8 millones de euros de 2020, el año de la pandemia.
José López-Tafall, director general de Anfac, destacó que “2021 fue un año malo, en mercado y producción, con unas ventas un 32% inferiores a los niveles normales”, y alertó que la situación este año no va a mejorar y el mercado cerrará con 800.000 u 830.000 matriculaciones de turismos. En cuanto al volumen de la producción, reconoció que “es imposible hacer una previsión” porque persisten los problemas de suministro de semiconductores. “No podemos conformarnos con niveles de producción y mercado como estos años que pueden producir problemas importantes en las empresas”. El volumen del mercado español debería ser de 1,2 millones y de 2,8 millones de vehículos fabricados.
El temor es que esta situación puede incluso empeorar. Lopez-Tafall advirtió que “la inflación va a afectar a la recuperación porque disminuye la renta disponible y va agregar un impacto negativo. La posible subida de tipos tampoco ayuda”.
Más recaudación fiscal
El balance económico del sector el pasado año también avanza una situación inquietante. Con una facturación de las empresas estancada en 60.908 millones de euros, lo que supone un 1% más, las inversiones retrocedieron un 25% hasta los 1.473 millones y el empleo disminuyó un 12%, situándose en 61.704 personas. Sin embargo, la recaudación fiscal del Estado aumentó un 15,9% y se situó en 34.148 millones de euros, y la balanza comercial, la diferencia entre importaciones y exportaciones, arroja un balance positivo de 18.984 millones de euros.
Lopez-Tafall puso de relieve que el sector aporta via impuestos al equivalente a los presupuestos de los ministerios de Transición Ecológica, Transportes y Defensa, lo que demuestra que “es un activo de la economía española”. Pero añadió que el actual modelo de fiscalidad no es el adecuado, “no estamos de acuerdo, debe centrarse en el uso, no en la compra”.
Y la fiscalidad es precisamente el elemento que puede apoyar la descarbonización del sector, en la que España lleva un importante retraso respecto a los países del entorno. Con un parque automovilístico que tiene una edad media en 2021 de 13,5 años (la media europea es de 11) y de los que el 64,7% no tienen etiqueta medioambiental o es la más baja (B), y además suponen el 95% de las emisiones, es imprescindible apoyar la renovación. “Tenemos que reducir el 3% anual pero no hay medidas para renovar el parque, el Moves se va a quedar corto, por eso pedimos más recursos y más fáciles de gestionar”.
También la fiscalidad y las ayudas son clave para impulsar la descarbonización del parque. En 2021 se vendieron en España 70.222 electrificados, un 62,1% más que el año anterior, lo que supone una cuota de mercado del 6,8%, pero según Anfac, “no son las cifras a las que España estaba comprometida”, tendrían que ser 120.000 a final de este año. España está por debajo de la media europea en el parque de vehículos electrificados y de infraestructuras de recarga.
Reforma de impuestos
“En la descarbonización lo único que no falta es el compromiso del sector”, aseguró López-Tafall y explicó que es necesario adoptar un modelo propio para hacer la transición “un modelo a la española donde hay industria de automoción, un modelo de movilidad con coches limpios, pero con coches. Desde Anfac, es el modelo que creemos que tiene sentido”.
Añadió que “la fiscalidad tiene un papel clave en la descarbonización, por eso tenemos que conseguir que quien apueste por un electrificado tenga una ventaja fiscal y mejorar la eficiencia de los planes de ayuda a la demanda”.
En cuanto a la necesaria transformación de la industria para abordar este cambio de modelo comentó que “el Perte es una gran iniciativa, pero es un proceso que va a durar 13 años y todo el sector tiene que renovarse. El Perte es sólo una estación, se tiene que complementar con una nueva política industrial”.
Sobre la recién anunciada salida del Grupo Stellantis y de Volvo de Acea, la patronal europea del sector, dijo que no afectará a Anfac. “Cada vez hay más propuestas comunes con total consenso y apoyo. Una de las ventajas de la asociación es que en este momento de crisis han decidido actuar aún más unidos que antes. Hoy por hoy los socios están muy comprometidos con el trabajo de la asociación”.
