Industria

Ahora Mister Marshall llega a Europa desde China

La llegada de Chery a la Zona Franca de Barcelona es un síntoma de la basculación hacia China del poder en la industria de automoción

Presentación de Omoda, de Chery, en Madrid / CHERY

Presentación de Omoda, de Chery, en Madrid / CHERY

Toni Fuentes

13.04.2024 22:37h

3 min

El Plan Marshall se convirtió en una palanca para la reconstrucción y la esperanza en la Europa castigada tras la Segunda Guerra Mundial. Todos los países pugnaban por recibir fondos del plan que diseño el secretario de Estado de EEUU, George Marshall. Luis García Berlanga lo plasmó de forma sarcástica en la película 'Bienvenido Mister Marshall', en la que un pueblo español se preparaba para recibir a los inversores norteamericanos. Ahora, unos 80 años después, vivimos un 'remake' aunque Mister Marshall llega a la industria de automoción de Europa desde China.

El viernes está convocado un acto que puede recordar las críticas escenas de Berlanga. En lugar de americanos, a la antigua fábrica de Nissan de la Zona Franca de Barcelona llegarán inversores chinos del fabricante Chery para sellar el acuerdo para empezar a ensamblar coches en España, aunque no en Europa, donde ya está presentes en una primera prueba piloto en Italia. 

Esta vez, Mister Marshall viene de Wuhu, la ciudad china donde tiene su cuartel general Chery Automobile y su presidente, Yin Tongyue. Es un síntoma claro de la basculación del poder en la industria de automoción mundial hacia China, que ya domina las últimas tecnologías y la capacidad de adaptar el diseño de sus vehículos a los mercados en los que están presentes sus marcas.    

Vuelve la empresa pública a Zona Franca

Al igual que en los años 50, los fondos de estas inversiones proceden principalmente de fondos públicos porque Chery, al igual que el resto de fabricantes chinos de vehículos, tiene una fuerte presencia del Estado chino o incluso de dominio del 100% del capital. La fábrica que dejó Nissan en la Zona Franca de Barcelona vuelve a un estatus con la entrada de Chery que recuerda a los tiempos del antiguo fabricante Motor Ibérica, que pasó de manos de Ford al Estado español en una oleada de nacionalizaciones y de nuevas empresas públicas como Seat.

Después de los primeros desembarcos comerciales, las marcas chinas toman posiciones en la industria de automoción europea en busca de la proximidad al prometedor mercado eléctrico y de ventajas como las ayudas públicas de países como España y para esquivar una posible subida de los aranceles tras la investigación en marcha de la UE por un posible abuso de subsidios del Gobierno chino. 

Italia pierde con tormenta

Chery ya tiene experiencia de producción en Europa gracias a una primera prueba piloto con un acuerdo con el empresario Massimo Di Risio, que dio lugar a la marca DR basada en modelos de la firma china. La producción ha ido creciendo con la expansión de la marca en Europa, aunque se puede convertir en una anécdota en comparación con el calado de la base industrial de Chery en Barcelona en una sociedad conjunta con EV Motors, la pequeña empresa matriz de Btech que quería fabricar la pickup Nissan Navara bajo la marca Ebro. 

Hasta el último minuto, la opción de Italia para la nueva fábrica de Chery competía con la de Barcelona, que ha sido la triunfadora. Italia sigue en un clima de incertidumbre y de conflicto abierto entre el Gobierno y los sindicatos con Stellantis, que sigue trasladando la producción de modelos fuera del país. El último ejemplo es el nuevo Alfa Romeo Milano, que se fabricará en Polonia, lo que ha llevado al Gobierno a amenazar con denunciar a Stellantis. 

En ese clima, Carlos Tavares, el CEO de Stellantis, no se amilana y amenaza al Gobierno italiano con cierres de plantas si opta por abrir las puertas del país a fabricantes chinos como Chery. Pero en cambio ha comprado una parte del fabricante chino Leapmotor para importar sus coches o incluso fabricarlos en Europa, según algunas fuentes.

Chery sigue los pasos de BYD, el gigante chino de los vehículos electrificados, que ha anunciado una fábrica, en este caso de nueva construcción, en Hungría. El grupo pionero entre los chinos que se han implantado en Europa es Geely, la empresa que controla una galaxia de marcas que incluye Volvo (comprada a Ford en 2010), Aston Martin y Lotus

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