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Pros y contras de la reducción de la velocidad en las ciudades

La limitación a 20 y 30 km/h en todas las vías urbanas entra en vigor con partidarios y detractores que destacan las ventajas e inconvenientes

Pintado de una zona con velocidad limitada a 30 kilómetro por hora en Getafe / JUANRAMON-MAIKEL / EP

Pintado de una zona con velocidad limitada a 30 kilómetro por hora en Getafe / JUANRAMON-MAIKEL / EP

Helena Martín

10.05.2021 19:56h

5 min

España se convierte a partir del 11 de mayo en una gran zona 30 con la entrada en vigor de los nuevos límites de velocidad para vías urbanas y travesías. La medida tiene partidarios y detractores que destacan las ventajas y los inconvenientes que comportará la reducción de la velocidad máxima.

Desde el 11 de mayo, el límite de velocidad en vías urbanas será de 20 km/h en vías que dispongan de plataforma única de calzada y acera; de 30 km/h en vías de un único carril por sentido de circulación y de 50 km/h en vías de dos o más carriles por sentido de circulación.

Convivencia con nuevos vehículos

"Cada vez tenemos más actores y se produce una interacción en las calles de nuestras ciudades. Esta interacción y con todos estos actores no es posible garantizar la seguridad a velocidades superiores a 30 kilómetros por hora no es posible. Punto", señalaba el director de Tráfico, Pere Navarro, en la presentación de un manual para implantar los nuevos límites en las ciudades.

Medidas en las calles

La presidenta de la coordinadora estatal de entidades de peatones 'Andando', Sonia Jichi Ribera, ha asegurado a Europa Press que, para que se cumpla la velocidad de 30 km/h, "se necesita intervenir sobre la calzada" y que esta "no fomente pisar el acelerador". "Las calles rectas y con determinadas características hacen que pisemos el acelerador sin casi ser conscientes. Para corregir este problema, existe técnicas como el estrechamiento de la calzada y actuaciones con pintura y mobiliario urbano", ha manifestado, para después añadir que "la reducción de la velocidad ha de ser real y para que sea real, hay que actuar sobre la percepción de la calle a través de un rediseño del entorno".

Además, Sonia Jichi Ribera ha declarado que el cambio de modelo de urbe "exige una ciudad 100% caminable para todos, desde los niños hasta los ancianos y personas con movilidad reducida, lo que implica una pacificación total de las calles y de otras medidas de restricción de tráfico y de cumplimiento de la accesibilidad universal".

Menos siniestralidad

La coordinadora general de ConBici, Laura Vergara, califica este cambio normativo de "oportunidad", pero lo ve "insuficiente". "Es una oportunidad para reducir la siniestralidad, para impulsar modos no contaminantes y que requieren menos recursos energéticos, reducir la contaminación y la lucha contra el calentamiento global, así como la movilidad activa, que redunde en un beneficio para la salud público", ha manifestado.

Efecto en la fluidez del tráfico

Alberto Montero de Espinosa, desde la autoescuela Montero Espinosa, cree que los nuevos límites de velocidad traen consigo "muchas más ventajas que inconvenientes, y que pese a lo que muchos puedan pensar, la fluidez del tráfico no se va a ver perjudicada". En declaraciones a Europa Press, Montero de Espinosa señala entre las ventajas de esta medida la reducción de la siniestralidad vial en ciclistas, motoristas y peatones. "Es indiscutible que el peatón es el gran beneficiado con estas medidas ya que, en caso de atropello, la probabilidad de supervivencia aumentará en torno a un 80%. Recordemos que la mayoría de los atropellados son personas mayores de 65 años", ha indicado, para después añadir que, en caso de accidente, también los propios conductores tendrán menos riesgo de sufrir heridas de gravedad.

Por otro lado, ha asegurado que "es un paso más" para la movilidad sostenible porque "se producirán menos emisiones de CO2, que mejorarán la calidad del aire que respiramos, y menos contaminación acústica". "Menos humo, menos ruido, más salud, más bienestar y más seguridad", ha subrayado.

Más desgaste mecánico

Los nuevos límites de velocidad en las ciudades pueden provocar algunos problemas técnicos y de mantenimiento en los vehículos. Tendrá un efecto medioambiental negativo, ya que en marchas más cortas se contamina bastante más que con una conducción en marchas largas a bajas revoluciones, según han explicado la red de talleres Euromaster. Este tipo de conducción hace que las partículas contaminantes se acumulen en el sistema de escape, especialmente en el filtro de partículas, pudiendo llegar a dañarlo. Para evitar una avería de este tipo, desde Euromaster aconsejan realizar labores de mantenimiento como la descarbonización del motor. La nueva medida provocará también más desgaste en el uso del embarge, elemento cuya avería puede suponer un coste de hasta 2.000 euros.

Café para todos

La portavoz de la Plataforma de Motoristas por la Seguridad Vial, María José Alonso, ve "lógico y normal" que las vías de un único carril por sentido de circulación tengan un límite de 30 km/h, "por seguridad" y porque hay que enseñar a la gente a tener "paciencia y educación". En cambio, el presidente de Automovilistas Europeos, Mario Arnaldo, se mostraba crítico. "En lugar de que cada ayuntamiento analice calle por calle lo que se hace es un sistema de café para todos, para no analizar cuál es el límite de velocidad que hay en cada calle", defendía Arnaldo cuando se aprobó la medida.

Motivos de la DGT

Según DGT, los motivos que le han llevado a implantar esta medida son, en primer lugar, la demanda de los ayuntamientos para tener un paraguas legal normativo y poder aplicar los 30 km/h en sus localidades. Tráfico argumenta que en el año 2019 los muertos en siniestros de tráfico en las ciudades se incrementaron un 6%, mientras que en las vías interurbanas se cayeron un 6%. Además, el 82% de los fallecidos en ciudades en aquel año eran usuarios vulnerables, es decir, peatones, ciclistas y motoristas.

Con la bajada de los límites de velocidad máxima permitida en las ciudades también se reduce un 80% el riesgo de fallecer como consecuencia de un atropello. Si la velocidad del vehículo que impacta es de 30 km/h el riesgo es de un 10%, mientras que si la velocidad es a 50 km/h, ese riesgo de fallecimiento se eleva al 90%, señalan los datos de la DGT, que añade que se reduce a la mitad la distancia que se necesita para detener el vehículo al pasar de 50 km/h a 30 km/h.

También, desciende a la mitad el ruido ambiental, según el informe de recomendaciones del Grupo de Expertos Académicos para la 3º Conferencia ministerial global de seguridad vial. A todas estas razones, la DGT suma que la reducción de la velocidad en las ciudades a 30 km/h es una de las prioridades de la Agenda 2030 con el objetivo de convertir las ciudades en espacios más seguros reduciendo, tanto el riesgo de sufrir un accidente, como la gravedad del mismo.

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