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La movilidad en Barcelona recibe un doble suspenso

Los ciudadanos y la oposición cargan contra la gimcana caótica del tráfico. El PSC quiere parar los cambios mientras avanzan las obras

Tráfico de coches y bicis junto a peatones en Barcelona / DAVID ZORRAKINO / EUROPA PRESS

Tráfico de coches y bicis junto a peatones en Barcelona / DAVID ZORRAKINO / EUROPA PRESS

Toni Fuentes

30.11.2022 13:32h

4 min

La movilidad en Barcelona ha recibido un doble suspenso en un mismo día. Uno por parte de los usuarios, que, según una encuesta del RACC, perciben más riesgos ante el desorden entre vehículos en una ciudad víctima del urbanismo táctico con el propósito de regalar espacio a los peatones y a las bicis. El otro suspenso ha venido desde los partidos de la oposición en el Ayuntamiento de Barcelona, que hablan de caos y decadencia como consecuencia de las medidas contra los coches que el sector encaja con resignación.

Dos tercios de los barceloneses consideran que la ciudad no está preparada para convivir con tantos medios de transporte en un mismo espacio, mientras que un 60% cree que circular por Barcelona es cada vez más complicado, según las conclusiones de un estudio realizado por el RACC con encuestas y observaciones en las calles. El resultado de los cambios experimentados en los últimos años es que la percepción de inseguridad en la movilidad por Barcelona ha aumentado 6 puntos respecto a 2017, y ha pasado del 14% al 20%.

Debate electoral sobre movilidad de Fecavem

Debate electoral sobre movilidad de Fecavem

Pausa al cerco al coche

Críticas similares marcaron el debate sobre movilidad en Barcelona organizado por Fecavem en el marco del Salón Ocasión seis meses antes de las elecciones municipales. La alcaldesa Ada Colau (cuyo partido declinó asistir a la cita) y su política de cerco al automóvil acapararon los ataques de los concejales de los partidos de la oposición, ante los que el teniente de alcalde del PSC Units per Avançar Albert Batlle tuvo que dar la cara. Llegó a plantear una pausa en las reformas urbanísticas que están limitando los carriles reservados para los coches y ampliando los carriles bici y las aceras y calles peatonales. "El PSC ha sido muy crítico con el urbanismo táctico. Hemos planteado que paremos para reflexionar y para abordar los nuevos retos", aseguró Batlle durante su intervención en el debate.

Batlle cuestionó el modelo de movilidad de Madrid en contraposición con el de Barcelona, donde todavía están pendientes los concursos para desplegar los patinetes eléctricos compartidos y las flotas de 'carsharing' que ya existen en la capital española desde hace años. "Madrid está llena de patinetes tirados por el suelo", afirmó en respuesta a la comparación planteada por el director de Coche Global, que participó en el debate como analista.

La Guardia Urbana de Barcelona retira un patinete eléctrico / AJUNTAMENT BARCELONA

La Guardia Urbana de Barcelona retira un patinete eléctrico / AJUNTAMENT BARCELONA

Mejoras del transporte público

Para Albert Batlle, la movilidad privada "tiene un papel básico" y apostó por la compatibilidad con el transporte público, que requiere un enfoque como área metropolitana para mejorar las conexiones con la ciudad de Barcelona para entrar y salir de la capital catalana. 

Los partidos de la oposición criticaron con dureza las palabras de Batlle, al que acusaron de mostrar una gran incoherencia con una oferta de diálogo mientras siguen adelante las polémicas obras de reforma de dos ejes viarios como la Via Laietana y la calle Consell de Cont. "Me parece bien parar y reflexionar, pero entonces no hace falta hacer pruebas in situ con las obras en marcha", afirmó Francina Vila, de Junts, que alertó de los riesgos de una cruzada contra el coche en una comunidad en la que el 10% del PIB y 143.000 trabajadores dependes del sector de automoción.

"La movilidad no funciona. Tenemos una ciudad no transitable con desplazamientos más lentos debido al urbanismo téctico. Apostamos por la colaboración público-privada para que Barcelona no sea una carrera de obstáculos", aseguró Marilén Barceló, representante de Valents.

Ada Colau (c), alcaldesa de Barcelona, con la teniente de alcalde Janet Sanz (i) y la concejal de Movilidad (d), Rosa Alarcón / AjBCN

Colau (c), con la teniente de alcalde Janet Sanz (i) y la concejal de Movilidad (d), Rosa Alarcón / AjBCN

Ante la duda, Cerdà

Para solventar los problemas de movilidad que sufre Barcelona, el concejal de ERC Max Zañartu defendió volver a lo básico y revisar los planteamiento de Ildefons Cerdà cuando diseñó la trama sobre la que se edificó en buena parte la ciudad actual. "No miremos los modelos de fuera para tirarlos por la cabeza. Hay que poner en valor la trama de Cerdà", afirmó Zañartu, que propuso consensuar un calendario que deje claro los vetos a la circulación de vehículos en función de las etiquetas para evitar las especulaciones.

Javier Heredero, de Ciudadanos, se mostró partidario de "revertir los bloqueos a la movilidad privada" y apoyar la transición ecológica para "seducir a la gente en lugar de penalizarla". En un sentido similar, Óscar Ramírez, del PP, llamó la atención sobre la "reducción desproporcionada de desplazamientos privados" en los planes municipales, a pesar de que la realidad es que "la movilidad no se evapora con las 'Superilles', sino que se desplaza". 

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