Cuando Luca de Meo habla de coches, lo hace con convicción, experiencia y una visión que mezcla la pasión por el producto con una comprensión estratégica de la industria. Esa pasión es la que le lleva también a tener debilidad por los desafíos, como ya ha demostrado reconduciendo marcas como Fiat, Seat y Renault, según relata en su nuevo libro presentado en Barcelona. ¿Será Stellantis su próximo reto?
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El libro de Luca de Meo no es una autobiografía convencional. Es, en sus palabras, un “diccionario sintético”, una especie de manual de resistencia para una industria que, si no cambia de rumbo, puede perder su alma. “Con sentido común todo es posible”, repite como mantra, junto a su atracción por los desafíos.

Luca de Meo firma libros en Barcelona
El futuro de Luca de Meo
Al acabar el acto de presentación, mientras firmaba ejemplares, Luca de Meo respondió con una sonrisa a la pregunta que sobrevuela en el sector: ¿Dejará Renault, tras haber encarrilado el grupo como el más rentable de Europa, para dirigir Stellantis? "Todavía tengo mucho que hacer en Renault", aseguró De Meo, pese a su proximidad con John Elkann y sus años decisivos en Fiat y Lancia, dos de las marcas de Stellantis.
La pasión por el automóvil también se aprecia en la edición española de su nuevo libro, presentado en Barcelona bajo el título 'Diccionario sentimental del automóvil', que ya ha vendido más de 10.000 ejemplares en Francia y se prepara para llegar a China y otros países.
A medio camino entre ensayo autobiográfico y manifiesto industrial, la obra —un trabajo colectivo con la colaboración otros directivos— es una carta de amor al automóvil y a quienes lo construyen. “Este libro es un tributo a la industria que amo mucho. El libro de la tribu del automóvil”, resumió De Meo ante los asistentes, sin ocultar su emoción por volver a Barcelona, ciudad a la que tiene un profundo apego: “Cuando estoy en Barcelona, soy feliz”.
El error Alpine: “No tratamos a Alonso como se debía”
En la presentación del libro, De Meo no esquivó las cuestiones polémicas y la autocrítica, y una de las más directas apunta a Alpine y al trato que recibió Fernando Alonso durante su paso por la escudería francesa de F1. “Lo hemos hecho mal. No tratamos a Alonso como se debía”, reconoció sin ambages. “Se nos escapó y eso ha tenido consecuencias en el equipo. Le respeto mucho, tiene una determinación única”.
En un momento en el que Alonso vuelve a pelear en Aston Martin, De Meo asume públicamente un error que marcó el destino competitivo de Alpine, que considera como una asignatura pendiente que espera que mejore a partir del cambio normativo de los motores más sostenibles de 2026. No se refirió a las informaciones sobre una posible venta del equipo de F1 de Renault, algo que ya estaba sobre la mesa cuando llegó al grupo en 2020. notoriedad.
En 2020, recuerda, Renault perdía 40 millones de euros al día. Una de las prioridades era cerrar el equipo de F1. “Encontré la forma de salvarlo, fue una decisión difícil. A veces me arrepiento, porque es sufrimiento cada fin de semana”, confesó. No ha hallado aún el “algoritmo del éxito en la F1”, pero espera que el cambio de reglamento en 2026 abra la puerta a un “paquete competitivo de motor y coche”.
Europa necesita coches para la clase media
El expresidente de Seat anda estos días embarcado en una alianza con John Elkan, presidente de Stellantis, para reclamar un nuevo rumbo para la industria de automoción europea. De Meo advierte de que Europa es la única región que no ha recuperado los niveles precovid, y lanza una advertencia clara: “Si aquí no hay mercado, será un desierto”.
A su juicio, el coche popular está desapareciendo por culpa de una regulación asfixiante que impide hacer vehículos pequeños y rentables. “Un Clio va a costar un 40 % más con las normativas previstas hasta 2030. Nos tienen que dejar hacer coches para el pueblo. Mi obrero de Valladolid no se puede comprar un coche”, denunció. Para De Meo, la automoción vive del bienestar de la clase media. Y si esta se hunde, la industria la seguirá.
El “acuerdo necesario” con China
De Meo también tocó un tema candente: la relación con China. Frente al discurso proteccionista creciente en Europa y Estados Unidos, propone una tercera vía: la cooperación y el acuerdo. “Sin los chinos no se puede hacer nada en eléctricos. Hay que llegar a un acuerdo como cuando Volkswagen entró en China”, afirmó. “El negocio es mejor que la guerra. Esto es lo que nos va a salvar”.
El relato del CEO de Renault está jalonado de recuerdos y referencias personales que van desde su admiración por Enzo Ferrari hasta su etapa en Seat, pasando por su salto a Fiat con Sergio Marchionne. “Con 36 años hablé con él. Me pasó de Lancia a Fiat, una empresa con muchas pérdidas. Me marcó mucho”.
Aviso para España
Sobre su paso por España, recuerda con especial cariño su etapa en Seat. “Fueron cinco años increíbles. Seat no ganaba dinero desde hacía 30 años y en 16 meses lo conseguimos con creatividad, lanzando Cupra”, dijo. También dejó un mensaje claro: “España es un gran país del automóvil, pero está demasiado centrado en la fabricación. Hay que apostar por la innovación y el software, porque el sistema está desequilibrado”.
En su defensa del automóvil con alma, De Meo también arremete contra el diseño uniforme de muchos coches eléctricos actuales. “Un Tesla es como un frigorífico, anodino”, criticó, defendiendo la necesidad de seguir haciendo coches con personalidad. “He trabajado en 150 modelos y siempre he querido transmitir pasión. Si hacemos todos los coches iguales, los banalizaremos”.