La seguridad del vehículo eléctrico tiene ya su propio manifiesto. Es un decálogo claro, útil y necesario que llega para disipar dudas, tranquilizar a usuarios y convencer a vecinos escépticos o temerosos. Faconauto y AEDIVE han unido fuerzas con un objetivo ambicioso pero urgente: acabar con los prejuicios y mitos que aún entorpecen la transición hacia una movilidad más limpia y segura.
Porque sí, en 2025 todavía hay quien cree que los coches eléctricos arden con facilidad, que enchufarlos en casa es arriesgado o que las baterías son bombas de relojería silenciosas. Mitos arraigados pero que, según Aedive, son completamente ajenos a la realidad técnica. El nuevo Decálogo de Seguridad del Vehículo Eléctrico quiere acabar con todo eso. Y lo hace con una receta infalible: datos contrastados, normativa vigente y sentido común.
Diez certezas frente al ruido
La primera línea de defensa es el propio diseño del vehículo eléctrico: sus sistemas de seguridad son más estrictos que los de combustión, y las baterías están monitorizadas de forma constante. Luego, los datos: se incendian menos que los de gasolina. No es una opinión; es una estadística que desmonta uno de los temores más frecuentes.
El documento, disponible para su descarga en este enlace, también aclara que recargar en casa es completamente seguro... siempre que se haga con instalaciones homologadas y profesionales cualificados. Aquí no hay lugar para el bricolaje eléctrico ni para los enchufes de andar por casa: nada de recargas prolongadas en schukos domésticos. Un cargador específico no solo es más rápido, es esencial para la seguridad.
También hay espacio para recordar que el mantenimiento debe seguir el plan del fabricante y que, tras un golpe en los bajos del coche —donde se encuentra la batería—, conviene pasar por el taller antes de aparcar en un garaje cerrado. Precauciones básicas, como tantas otras con cualquier tecnología compleja.
Un decálogo con vocación pedagógica
Pero el gran valor de este decálogo no es solo lo que dice, sino dónde y cómo se va a usar. Será distribuido en concesionarios —donde los comerciales se convierten en prescriptores de movilidad segura— y en comunidades de vecinos a través de los administradores de fincas. Dos escenarios clave donde suelen surgir las preguntas prácticas y también donde mejor pueden resolverse con información veraz.
Para José Ignacio Moya, director general de Faconauto, se trata de una herramienta clave para dar certezas técnicas a quienes están a punto de tomar una decisión importante: “El concesionario ya no solo vende, prescribe una movilidad informada”. Por su parte, Arturo Pérez de Lucía, de AEDIVE, subraya que “los bulos se han convertido en barreras reales”. Su respuesta: claridad, rigor técnico y guía contrastada.
La seguridad como clave de confianza
Este decálogo no pretende maquillar la realidad ni obviar los riesgos: los reconoce, los explica y propone soluciones. Desde la señalización de plazas de garaje con puntos de carga hasta la gestión de residuos de una batería incendiada, cada apartado del documento aborda una inquietud real con una respuesta técnica y útil.
La iniciativa tiene algo de didáctico y mucho de valiente. En un entorno donde las redes sociales amplifican el miedo y las dudas calan hondo, Faconauto y AEDIVE han decidido apostar por la información como antídoto. Y es que el coche eléctrico, más que una revolución tecnológica, es un cambio cultural. Y como todo cambio, necesita confianza para consolidarse.
