Los fabricantes de coches tienen desde ahora otra espada de Damocles sobre ellos. El proceso de homologación y de control de las emisiones y del resto de características de un vehículo se ha reforzado con un nuevo mecanismo más estricto que prevé controles aleatorios por sorpresa de cada país e incluso de la propia Comisión Europea con multas de 30.000 euros por automóvil.
Los controles sobre los vehículos a motor aumentarán a partir del 1 de septiembre en la UE al entrar en vigor la nueva normativa comunitaria que pone el foco sobre la homologación y vigilancia del mercado automovilístico, de remolques, sistemas y componentes, con el objetivo de que los coches que circulan en la Unión sean más seguros y respetuosos con el medio ambiente. El caso del diselgate de Volkswagen y otros problemas con las emisiones de otros grupos han llevado a la UE a reforzar los filtros para detectar con más facilidad los fraudes y disuadir a las marcas.
Más supervisión europea
Esta reforma mejorará la calidad y la independencia de la homologación en la industria, endurecerá los controles de los vehículos para entrar en el mercado y reforzará el sistema general con una mayor supervisión europea, según ha informado la Comisión Europea. Para ello la UE promoverá test independientes para la industria automovilística, así como para vehículos ya en circulación. Bruselas establecerá así controles de cumplimiento y conformidad en los países de la UE tanto en los laboratorios como en la carretera para asegurar que se cumple la legislación.
En palabras del comisario de Mercado Interior, Thierry Breton, los europeos esperan conducir los vehículos menos contaminantes y más seguros, lo que acarrea "controles más estrictos" en el sector. "Esto conlleva una supervisión real a nivel europeo. Es por eso que a partir de ahora la Comisión podrá realizar controles en toda la UE e imponer multas de hasta 30.000 euros por automóvil a un fabricante cuando se infrinja la normativa", ha afirmado el comisario, quien ha añadido que esta reforma va en línea con la intención de Bruselas de promover una movilidad más segura y limpia.