El impacto de las restricciones que aplica China a las exportaciones de tierras raras ya tiene su primer gran damnificado en Japón. Suzuki Motor Corporation ha suspendido la producción de su modelo Swift, excluyendo la versión deportiva, debido a la falta de componentes clave derivados de minerales críticos cuya exportación ha sido limitada por Pekín desde abril.
La compañía detuvo las líneas de ensamblaje del Swift el 26 de mayo, y aunque inicialmente esperaba retomar la producción esta semana, ha tenido que posponer varias veces la reanudación por la persistente incertidumbre en el suministro. Según su último comunicado, la producción se reanudará parcialmente el 13 de junio, con vistas a una recuperación total a partir del 16, si se estabiliza la entrada de materiales.
Aunque Suzuki no ha confirmado oficialmente la causa de la paralización, dos fuentes cercanas al caso señalaron que el origen está directamente relacionado con las nuevas barreras chinas al comercio de tierras raras, convirtiendo al fabricante japonés en el primer gran actor de su país en verse directamente afectado por esta crisis geopolítica.
El talón de Aquiles de la movilidad global
Las tierras raras son un conjunto de minerales estratégicos esenciales para la fabricación de componentes electrónicos, motores eléctricos, imanes permanentes y baterías, todos ellos vitales tanto para los vehículos eléctricos como para los de combustión avanzada. En abril, China impuso un sistema de licencias especiales para exportar siete de estos minerales, una decisión que ha desatado un efecto dominó en las cadenas globales de suministro. Apenas un 25 % de las solicitudes de exportación presentadas por las empresas extranjeras han sido aprobadas, y la falta de transparencia del proceso ha generado una oleada de parálisis en diversas industrias.
El caso de Suzuki se suma a las advertencias lanzadas por Mercedes-Benz y otros fabricantes europeos, que ya estudian cómo blindarse ante la escasez. Algunas plantas de componentes en Europa han cesado temporalmente su producción, según la Asociación Europea de Proveedores de Automoción (CLEPA), que califica el impacto como “grave e inmediato”.
Japón y EEUU buscan una respuesta común
Ante el creciente riesgo para su industria automovilística —una de las más avanzadas del mundo—, Japón ha anunciado que propondrá a EEUU una cooperación estratégica en el aseguramiento de cadenas de suministro de tierras raras, en las próximas conversaciones bilaterales sobre comercio y aranceles.
La dependencia global de China en este tipo de materias primas, que concentra más del 70 % de la producción mundial, se ha convertido en un asunto crítico para los países industrializados, especialmente en un momento de transición hacia la movilidad eléctrica y la digitalización.
