Las informaciones periodísticas que destapan la represión sistemática de China a la etnia de los uiugures está teniendo efectos imprevistos probablemente por Volkswagen. El grupo automovilístico, que tiene una fábrica en la región de los uigures, se ha visto salpicado por las repercusiones internacionales de las informaciones. El Gobierno federal de Alemania ha denegado las garantías financieras que pedía Volkswagen para llevar a cabo más inversiones en China, que es su primer mercado mundial.
El Ejecutivo que preside el canciller Olaf Sholz ha confirmado la noticia publicada por Der Spiegel del rechazo a las solicutudes de garantías financieras que había hecho VW para sus inversiones en China. "La situación de los derechos humanos en Xinjiang ha empeorado en los últimos años e implica trabajos forzados e internamiento masivo de uigures", aseguró el Ministerio de Economía, que añadió que, "por lo tanto, el Gobierno alemán ha decidido no otorgar garantías para proyectos en China que estén en Xinjiang o tengan vínculos comerciales con entidades que operen allí".
Diess defiende la inversión
El origen de la salpicadura para Volkswagen es la fábrica que tiene en una sociedad conjunta con su socio local SAIC Motor en Urumqi, en la región uiugur de Xinjiang.
Unos días después del jarro de agua fría recibido por parte del Gobierno alemán, el presidente de Volkswagen, Herbert Diess, ha salido al paso en esta nueva crisis que tiene que afrontar asegurando que mantendrá su presencia y sus inversiones en Urumqi.
Fábrica inaugurada en 2012
"Creo que la presencia de SAIC Volkswagen lleva a que la situación mejore para las personas", aseguró Diess en declaraciones al diario Handelsblatt. "Viajamos allí y, como en todas partes del mundo, nos aseguramos de que se implementen nuestras normas laborales y de que se respeten las diferencias culturales y religiosas", añadió el directivo.
La fábrica de VW y SAIC de Urumqi fue inaugurada en 2012 y es el primer centro productivo del grupo en el oeste de China. La planta produce el nuevo Santana, un modelo muy popular en China. Volkswagen explica que la planta, dotada con un sistema de producción moderno, ayuda a Xinjiang a "impulsar el desarrollo local de la cadena industrial de automoción y el sistema de apoyo a los proveedores".
