Industria

El relevo de De Meo en Renault reactiva el juego de las sillas de directivos

La lista de candidatos para sustituir a Luca de Meo como CEO de Renault incluye dos favoritos pero también otras opciones

Denis Le Vot con el Dacia Bigster

Denis Le Vot con el Dacia Bigster

Toni Fuentes

18.06.2025 19:29h

5 min

El inesperado anuncio de Luca de Meo de abandonar la dirección de Renault ha sacudido al fabricante francés y vuelve a reactivar el juego de las sillas en los despachos de la industria de automoción europea. De Meo anunció internamente y al Gobierno francés su dimisión el jueves 12 de junio, aunque se hizo pública el domingo 15 de junio. Retrasará su salida hasta el 15 de julio, que es el plazo que se ha dado la marca francesa para encontrar un sustituto para asegurar la continuidad de la reconversión que De Meo impulsó en sus cinco años de mandato.

Bajo la batuta de Jean-Dominique Senard, presidente del consejo de administración, Renault ya ha iniciado un proceso contrarreloj para designar a su nuevo CEO. La búsqueda de consejero delegado tiene lugar poco después de que Stellantis cerrara un proceso similar, aunque más traumático por el despido de Carlos Tavares. De Meo fue uno de los aspirantes mejor situados para ese puesto, aunque finalmente irá a dirigir la reactivación de Gucci y el grupo francés de lujo Kering de la familia Pinault.  

Aunque la lista de aspirantes de Renault se mantiene oficialmente bajo llave, en los pasillos de la sede de Boulogne-Billancourt y entre inversores suenan dos nombres con fuerza: Denis Le Vot, director general de Dacia, como opción interna de consenso, y Maxime Picat, alto ejecutivo de Stellantis, como carta externa con experiencia probada. Ambos son franceses.

Dos favoritos y varias alternativas

Denis Le Vot, de 60 años, encarna la trayectoria de toda una vida dentro del grupo Renault. Ingeniero de minas y ejemplo del “ascensor social republicano”, ha pilotado con éxito la transformación de Dacia, la marca de bajo coste del grupo, hacia una gama más ecológica y rentable que se acerca a las ventas de la marca Renault. Bajo su mando, modelos como el Sandero y el Duster figuran hoy entre los más vendidos en Europa, a los que se espera que se sume ahora el SUV grande Bigster. Su perfil, pragmático y cercano, convierten a Denis Le Vot en el heredero natural para garantizar la continuidad de la hoja de ruta de De Meo.

Por su parte, Maxime Picat, de 51 años, actual director de compras y logística global de Stellantis, suena como la apuesta para un revulsivo externo. Mano derecha de Carlos Tavares en la era PSA y arquitecto del renacer de Peugeot, Picat encarna el rigor industrial y la disciplina interna. Tras perder recientemente la carrera para dirigir Stellantis, su nombre vuelve a estar sobre la mesa de Renault, una compañía que ya se había fijado en él antes de fichar a De Meo en 2020.

Fuentes del sector no descartan sorpresas. Además de Le Vot y Picat, otros candidatos como Josep Maria Recasens (ex directivo de Seat y actual CEO de Ampere y responsable de estrategia de Renault, además de hombre de confianza de De Meo y presidente de Anfac); Wayne Griffiths (ex CEO de Seat y Cupra y por ahora sin destino) o incluso Thierry Piéton (ex jefe financiero de Renault, actualmente en Medtronic) figuran en algunas quinielas internas y de analistas. El ejecutivo francés, cuya experiencia financiera fue clave en la reestructuración de Renault, podría ser repescado para aportar estabilidad en un momento de transición delicado.

Algunos medios de comunicación franceses amplían la lista con otros nombres: Fabrice Cambolive, actual director general de la marca Renault calificado de "discreto" y con larga trayectoria en el fabricante; François Provost, responsable de compras y un perfil más técnico pero con algunos apoyos; y Jérémie Papin, actual responsable financiero de Nissan y procedente de Renault.

Presión política y urgencia bursátil

No es un detalle menor que el Estado francés, con el 15% del capital de Renault, tenga voz y voto en la designación del sucesor. La dimisión de De Meo tomó por sorpresa a altos funcionarios, que ahora presionan para garantizar un relevo que no altere la hoja de ruta hacia la electrificación y la rentabilidad, en un momento de salida de Renault de Nissan y con asignaturas pendientes como el impulso de Alpine y el pozo sin fondo del equipo de Fórmula 1 sin apenas resultados. 

La salida del carismático directivo italiano ya ha pasado factura en los mercados: las acciones de Renault sufrieron el lunes su mayor caída porcentual diaria desde febrero de 2022, perdiendo hasta un 8% de su valor ante la incertidumbre sobre el futuro sin De Meo al timón. En cambio, los títulos de Kering se dispararon por la confianza de los inversores en la labor de Meo en el grupo de lujo.

Un legado y muchos retos

Luca de Meo deja atrás un legado de revitalización: modernizó la gama, recondujo la problemática alianza con Nissan, buscó alianzas con Geely, Google y Qualcomm, y dio impulso a Ampere, la filial de vehículos eléctricos. Sin embargo, Renault sigue siendo un fabricante de tamaño medio frente a gigantes globales y, además, enfrenta la presión de nuevos competidores chinos que ya superan sus ventas.

Quien asuma la jefatura el 15 de julio heredará, pues, una casa más ordenada, pero todavía con múltiples frentes: costes de electrificación, dependencia de socios externos y la eterna cuestión de la independencia de Renault en un mercado cada vez más concentrado.

Mientras tanto, en la cúspide de la automoción europea, vuelve a moverse el tablero de directivos. Y Renault, fiel a su tradición de sorpresas, mantiene al sector pendiente de un anuncio que podría definir no solo su rumbo, sino reconfigurar alianzas y rivalidades en toda la industria.

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