Industria

Luca de Meo sacude la bolsa: Renault se desploma y Kering se dispara

Las acciones de Renault caen un 8% y las de Kering, dueño de Gucci, escalan un 11% tras conocerse la marcha de Luca de Meo al grupo de lujo

Luca de Meo, en la presentación de su nuevo libro

Luca de Meo, en la presentación de su nuevo libro

Toni Fuentes

16.06.2025 18:27h

2 min

Luca de Meo confesó recientemente que no entendía la lógica de la bolsa para premiar o castigar algunas empresas. Pese a sus esfuerzos por convencer a los 'brokers', Renault fue víctima de una baja valoración, como otros fabricantes automovilísticos tradicionales. Sin embargo, la última sesión de la Bolsa de París estuvo marcada por la decisión de Luca de Meo de dejar Renault y enrolarse en el grupo propietario de Gucci y otras marcas de lujo.

Su inesperada decisión de dejar Renault para pilotar el grupo Kering, dueño de Gucci y otras joyas del lujo, ha agitado con fuerza las cotizaciones de ambos gigantes franceses. A un lado, Renault se hundía más de un 8 % —cerrando en 39,56 € tras perder 3,48 € por acción—. Al otro, Kering celebraba la llegada del italiano con una subida explosiva del 11,76 %, hasta los 192,88 €.

Luces y sombras de la marcha de De Meo

El contraste es tan simbólico como revelador: la industria del automóvil vuelve a sentir vértigo en su delicada transición, mientras el lujo francés apuesta por la energía creativa y la visión estratégica de De Meo para recuperar brillo tras meses de incertidumbre.

El terremoto bursátil comenzó a primera hora de la mañana en París, después de que Renault comunicara la tarde del domingo la dimisión de su CEO. Oficialmente, De Meo se va “en busca de nuevos retos fuera del sector automovilístico”, pero pocos dudan ya de que su próximo despacho será en la sede de Kering, tras la decisión de François-Henri Pinault de dar un paso atrás en la presidencia de su emporio familiar.

Para Renault, la sacudida no es solo de cotización. La figura de De Meo era el principal ancla de credibilidad tras la convulsa era Ghosn. Su plan Renaulution logró rescatar al grupo del rojo, reordenar marcas y devolver rentabilidad en medio de una tormenta de electrificación y competencia china. El relevo, previsto para el 15 de julio, abre ahora un escenario de transición delicado justo cuando la compañía necesita mantener cohesión interna y confianza externa.

El reto de reflotar el imperio de Pinault

Mientras tanto, en Kering todo son sonrisas. El mercado interpreta la llegada de De Meo como un golpe de efecto para revitalizar casas icónicas como Gucci, Balenciaga o Saint Laurent, inmersas en un contexto de rotación creativa y retos de posicionamiento ante rivales como LVMH y Hermès.

De Meo cambia coches por pasarelas, fábricas por ateliers, motores híbridos por bolsos de piel. Y, de paso, deja claro que su magnetismo no entiende de sectores: la bolsa, tantas veces desconcertante para él, hoy lo aplaude donde más duele —o más vale—: en euros y en capitalización bursátil.

Renault recoge el golpe; Kering saborea la subida. La incógnita, ahora, es saber quién llenará el vacío que deja el italiano en uno de los sectores más expuestos a la transformación global. Lo único seguro es que, por hoy, Luca de Meo ha sido el verdadero valor refugio de los inversores.

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