En plena tormenta global por el acceso a las tierras raras, el Grupo Hyundai Motor —que integra las marcas Hyundai, Kia y Genesis— ha decidido adelantarse a la crisis. La compañía surcoreana ha confirmado que dispone de una reserva estratégica suficiente para mantener la producción de vehículos durante un año, incluso en un contexto de restricciones severas por parte de China, el mayor productor mundial de estos materiales.
La noticia, revelada durante una llamada privada con inversores a la que tuvo acceso la agencia Reuters, sitúa a Hyundai en una posición de ventaja frente a muchos de sus competidores, que ya han empezado a sufrir los efectos del control exportador de Pekín. Desde abril, China ha restringido la salida de una gama cada vez más amplia de tierras raras e imanes vinculados, lo que ha puesto en jaque a sectores tan sensibles como el automovilístico, el aeroespacial, la microelectrónica y la defensa.
Hyundai, a salvo… por ahora
Un portavoz de Hyundai aseguró a los inversores que, gracias a una estrategia proactiva de diversificación y acumulación de existencias, el grupo puede continuar su producción de vehículos eléctricos e híbridos sin interrupciones al menos durante un año. Según una fuente que participó en la reunión, Hyundai aprovechó un periodo reciente de relajación en las restricciones chinas para aumentar de forma significativa sus inventarios tanto de tierras raras como de los imanes de alta tecnología que incorporan los motores eléctricos de sus modelos.
Aunque la compañía no ha detallado si estas reservas pertenecen exclusivamente a Hyundai y Kia o incluyen existencias de proveedores clave, la medida representa un escudo logístico frente a uno de los cuellos de botella más preocupantes para la industria de la movilidad eléctrica.
Discreción estratégica
En respuesta a las preguntas de los medios, Hyundai declinó hacer comentarios sobre el volumen exacto de sus reservas o sus estrategias de adquisición. En un comunicado enviado a Reuters, la empresa explicó que "evalúa continuamente las condiciones del mercado para garantizar la estabilidad operativa" y que mantiene “niveles de inventario adecuados para asegurar una producción ininterrumpida”.
Este enfoque contrasta con la situación que enfrentan otras compañías como Ford o BMW, cuyos procesos de producción ya han registrado problemas derivados del corte en el suministro de materiales críticos. En este contexto, Hyundai se consolida como uno de los fabricantes mejor preparados ante la creciente incertidumbre geopolítica y comercial entre China y Occidente.
La geopolítica de la movilidad
China controla alrededor del 90 % de la producción global de tierras raras, un conjunto de minerales indispensables para fabricar desde baterías hasta motores de vehículos eléctricos. El dominio chino se ha convertido en una palanca geoestratégica clave en las tensiones comerciales con Estados Unidos y Europa, que ahora buscan desesperadamente diversificar sus fuentes de aprovisionamiento.
Hyundai, tercer fabricante de automóviles del mundo por volumen, no solo se ha anticipado a la crisis con reservas, sino que también está invirtiendo en cadenas de suministro alternativas, en línea con la estrategia nacional de Corea del Sur para reducir su dependencia de materias primas críticas procedentes de China.