A finales de 2025, mientras el mercado automovilístico español registra una profunda transformación con la entrada de nuevas marcas, el renting sigue creciendo y ejerce un rol como refugio de fabricantes y modelos de siempre. Entre los vehículos que triunfan más en el renting dominan furgonetas y SUV de marcas convencionales de larga trayectoria.
El renting registró 317.900 vehículos matriculados hasta noviembre, un 5,08% más que un año atrás, y una inversión que supera los 7.369 millones de euros. Pero este año la historia no es solo cuantitativa. Es cualitativa. El renting avanza, sí, pero lo hace apoyándose en lo que mejor conoce: los modelos de siempre.
La vieja guardia nunca se fue
En un mercado que vive la fiebre del eléctrico y la irrupción de tecnologías híbridas, el renting sigue abrazando una realidad híbrida en otro sentido: la de la continuidad. Entre las empresas, las marcas más matriculadas vuelven a ser las que llevan décadas tejiendo relación con las flotas: Renault, Volkswagen y Peugeot. Ninguna revolución. Ninguna sorpresa. Solo un retorno a la fiabilidad.
Y entre los modelos, la escena es aún más reveladora. Allí donde el usuario particular coquetea con nuevos SUVs eléctricos y propuestas futuristas, el renting empresarial sigue confiando en los de siempre: Citroën Berlingo, Nissan Qashqai, Renault Clio. Vehículos sin estridencias, conocidos, con historiales impecables en talleres y balances contables. La Berlingo, reina indiscutible, consolida un reinado que parece desafiar cualquier titular sobre “la nueva movilidad”, aunque también dispone de una versión electrificada.
Los diez modelos más demandados en renting han registrado un espectacular crecimiento del 43%, muy por encima del 10% del propio canal. Y lo más llamativo: ya suponen casi una cuarta parte de todas las matriculaciones corporativas. En un sector obsesionado por la eficiencia, la fidelidad sigue imponiéndose a la novedad.
El renting crece, aunque pierde peso
El renting avanza en cifras absolutas, pero su peso dentro del mercado total cae del 27,7% al 25,6%. La demanda del consumidor particular, tras años de aplazamientos y ahorro forzoso, empieza a despertar. El renting, mientras tanto, consolida su reino donde siempre ha reinado: la empresa.
En noviembre, más de la mitad de los vehículos del canal corporativo —52,86%— llegaron vía renting. En el acumulado del año, casi la mitad (48,8%). Un recordatorio de que la movilidad empresarial en España no se decide en los concesionarios tradicionales, sino en los departamentos de flotas.
La electrificación avanza
En el pasillo donde se comentan las tendencias, la electrificación ya no genera la excitación de hace unos años. En el renting, los eléctricos puros son apenas el 5,6%, pero los electrificados en conjunto crecen un 66%. Eso sí: la foto fija muestra que la mitad de todas las matriculaciones del renting ya son de energías alternativas, frente al 37% del año anterior. Una transición pausada, menos ideológica y más pragmática.
La gasolina y el diésel, lejos de desaparecer, siguen siendo mayoría. Son el ancla de un sector donde las decisiones no se toman por impulso —ni por modas— sino por cálculo de costes y oportunidades.
Lo resume José-Martín Castro Acebes, presidente de la AER: “El renting vuelve a demostrar su solidez”. No es exageración. En un año marcado por tensiones regulatorias, electrificaciones a medias, incertidumbre tecnológica y mercados que no acaban de estabilizarse, el renting crece porque ofrece lo que otros no garantizan: previsibilidad, con una cuota mensual todo incluido, y una alternativa a la compra incluso para particulares, autónomos y pequeñas empresas.
