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Mini se apunta a la moda de electrificar clásicos

Para evitar competencias, ofrecerá a sus clientes el cambio de propulsión en el modelo antiguo, algo que ya es tendencia en Gran Bretaña e Italia

Conversión de un Mini clásico en eléctrico / MINI

Conversión de un Mini clásico en eléctrico / MINI

Ana Montenegro

05.02.2022 00:00h

4 min

Mini, la marca más británica del grupo BMW, ha decidido poner en marcha un proyecto para electrificar sus versiones clásicas, las fabricadas entre 1959 y 2000, antes de que Frank Stephenson le diera una nueva imagen para el siglo XXI ya dentro del grupo alemán. El denominado Mini Recharged, actualmente aún un proyecto, podría ponerse en marcha a partir de la segunda mitad de este año en la factoría de la marca en Oxford (Gran Bretaña).

La idea no es nueva, pero si definitivamente se hace realidad sería el primer fabricante que rentabiliza una iniciativa en la que ya están embarcadas muchas empresas privadas. Sobre todo en Gran Bretaña, Italia o Estados Unidos, donde dar una nueva vida, con 0 emisiones, a los modelos clásicos es apoyada y secundada por las autoridades y los clientes. En España el proceso de homologación es tan costoso que puede superar el precio del vehículo y de su adaptación.

Mini fue uno de los pioneros en electrificar sus clásicos. Lo hizo en 2018 para mostrarlo en el Salón del Automóvil de Nueva York, donde fue todo un éxito. Entonces se trataba de crear expectación sobre el primer Mini ‘moderno’ 100% eléctrico, el Mini Coope SE, que se lanzó en 2000 y del que el pasado año se vendieron en todo el mundo 34.851 unidades, un 98,2% más que el año anterior.

Pero Mini no había sido el único fabricante en experimentar la electrificación de uno de sus modelos clásicos. Lo hizo en 2017 Jaguar con el E-Type Zero, de 1965, que utilizaron el día de su boda el príncipe Harry y Meghan, pero el proyecto se canceló. Tampoco siguió Aston Martin, que reacondicionó un DB6 de los años 60 del siglo XX. Opel lo hizo el pasado año con un Manta de los años 70 y Renault Classic con un 4L pero solo para promocionar su servicio de 'carsharing'.

Mini quiere ir más allá y ofrecer a todos los propietarios de un Mini clásico la posibilidad de electrificarlo. No sabemos aún cuanto va a costar la operación, pero sí que se hará exclusivamente en la planta de Oxford, así que hay que viajar a Gran Bretaña. El motivo es que se haga un trabajo cuidadoso, realizado por expertos, porque se conserva el motor original de cada vehículo por si en el futuro su propietario quiere recuperar su estado original. 

Mini eléctrico con la misma esencia

Bernd Körber, responsable mundial de Mini, explicó que se trata de "preservar el carácter del Mini Classic permitiendo a sus fans disfrutar de un rendimiento totalmente eléctrico. Estamos conectando el pasado con el futuro de la marca”. 

La operación sustituye el motor de combustión por un moderno motor eléctrico con una potencia de hasta 90 kW que acelera de 0 a 100 km/h en unos 9 segundos. La energía la suministra una batería de alto voltaje, que puede cargarse con una potencia de hasta 6,6 kW y tiene una autonomía de unos 160 kilómetros. Cada Mini Classic eléctrico de Mini Recharged tendrá el característico cuadro de instrumentos central con cambios en la información porque muestra la temperatura, la marcha seleccionada, la autonomía y la velocidad. Esta transformación no necesita un cambio de matrícula y tendrá una certificación específica.

Un negocio brillante

Mientras los fabricantes estudian la viabilidad de esta nueva línea de negocio hay un puñado de empresas que lo llevan haciendo desde hace años. Las más conocidas y pioneras son las británicas Everrati e Ionic Cars, pero actualmente proliferan este tipo de adaptaciones. La también británica AC Cars se ha centrado en el AC Cobra. En Holanda Voitures Extravert, de Martijn van Dijk, se centra en adaptar el Porsche 911 y en Alemania eClassics se ha especializado en la marca local VW con el Beetle o la furgoneta T1.

Fiat Panda transformado en eléctrico

También hay nuevos proyectos de jóvenes emprendedores. El Garaje Italia de Lapo Elkann lanzó en 2019 un programa de electrificación del Panda de los años 80, un genial diseño de Giorgetto Giugiaro que está en el MOMA de Nueva York. En este caso se trata de versiones con 100 km de autonomía y tracción integral con diferentes estilos, algunas inspiradas en Indiana Jones y otras realizadas por diseñadores de moda o especialistas en tejidos de sastrería. Cuesta 35.000 euros, sin impuestos.

David Beckham con la dirección de Lunaz

En Gran Bretaña, Lunaz Design es la iniciativa de un joven emprendedor David Lorenz (Londres, 1985) que quiso buscar nueva vida a los viejos Rolls Royce o Bentley. Con la colaboración del ingeniero Jon Hilton, uno de los que desarrollaros los Kers de la F1, montó en 2018, en Silverstone, una empresa en la que ya cuenta con inversores como David Beckham. El RR Phantom de Lunaz tiene un precio que arranca en las 500.000 libras (unos 558.000 euros). El RR Silver Cloud o el Jaguar electrificados y personalizados están disponibles desde 350.000 libras (unos 390.000 euros), excluidos los impuestos locales. Pero Lunaz ha ido más allá y está empezando a electrificar camiones de recogida de residuos urbanos.

En Estados Unidos los especialistas en este tipo de transformaciones se concentran en Florida, en la costa este, y el California, en la oeste, e igual se atreven con un Range Rover de primera generación al que le integran un tren motriz de Tesla (ECD Automotive Design), que electrifican un Fiat Giardiniera de 1966 (icon 4x4) o como, Zero Labs, se especializa en el Ford Bronco, que se puede adquirir 100% eléctrico desde unos 225.000 dólares. 

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