Entre las derivadas de los nuevos coches eléctricos se encuentran también las condiciones de seguridad en el transporte, tal como se ha puesto de manifiesto en el incendio de un carguero repleto de vehículos del Grupo Volkswagen. Al parecer, las baterías de los vehículos eléctricos que hay entre los 4.000 turismos están dificultando las tareas de extinción de los bomberos, hasta el punto que han tenido que recurrir a especialistas en este tipo de siniestros.
El fuego a bordo del buque mercante Felicity Ace se inició el miércoles 16 de febrero y, cuatro días después, seguía todavía vivo y con fuerza. El barco se encuentra a la deriva frente a la costa de las islas Azores, de Portugal. En sus bodegas se encuentran alrededor de 4.000 coches que tenían como destino Estados Unidos. Entre esos vehículos se encuentran algunos de lujo de las marcas Bentley, Audi y Porsche y también numerosos turismos propulsados por unas baterías que ahora son sospechosas de tener alguna influencia en las llamas.
O NRP Setúbal prossegue a sua missão na Zona Marítima do Açores. O patrulha oceânico da Marinha acompanha o navio "Felicity Ace", onde desde quarta-feira deflagra um incêndio. Os tripulantes foram todos retirados em segurança.
— Marinha (@MarinhaPT) February 20, 2022
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Dificultades de los bomberos
"La intervención tiene que hacerse muy lentamente", según dijo a Reuters João Mendes Cabeças, capitán del puerto más cercano en la isla de Faial. Las llamas de las baterías de iones de litio están agravando los efectos del fuego y han hecho necesario que se tenga que recurrir a bomberos especialistas en ete material.
Los bomberos no pueden entrar en el barco por el elevado riesgo que asumirían y tampoco pueden inyectar agua en su interior por el peligro de que el peso excesivo provoque su naufragio. Además, los extintores tradicionales no logran sofocar el fuego en las baterías.
