El año 2023 llega lleno de incertidumbre y también fiel a algunas tradiciones. Como algunos cambios de última hora publicados en el BOE. Sin embargo, estamos viendo que, además de publicar las nuevas tarifas de autopistas y los precios del tabaco, el BOE también está impactando en la movilidad con demasiados cambios 'last minute'.
Los gestores de las administraciones y de las empresas implicadas en la movilidad urbana se han visto obligados a seguir con detalle los últimos ejemplares del Boletín Oficial del Estado en busca de normativas esenciales para la transformación ecológica y para nuestro día a día. Una de esas normas 'last minute' ha sido el decreto que regula las nuevas zonas de bajas emisiones, publicado en el BOE tan solo cinco días de que entren en vigor las restricciones al tráfico en los municipios de más de 50.000 habitantes.
Zonas de Bajas Emisiones con retraso
A nadie le puede extrañar, por tanto, que solo una ínfima minoría de los ayuntamientos hayan hecho sus deberes con las ordenanzas de las zonas de bajas emisiones. Aunque el Gobierno se escuda en la publicación de una guía práctica con meses de antelación, no es de recibo que la vicepresidenta Teresa Ribera haya dejado casi para Nochevieja el decreto que ha de servir de paraguas normativo para las zonas de bajas emisiones, una medida vendida como la estrella de la ley de cambio climático.
Este final del año 2022 también nos ha deparado unas insólitas colas en algunas gasolineras de automovilistas en busca del último repostaje antes de que se acabe el descuento universal de 20 céntimos por litro de carburante. La medida la anunció el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, tan solo seis días antes, desmarcándose así de otros países en los que ha habido una transición más ordenada y anticipada con un calendario conocido con antelación. Aquí hemos mezclado las uvas de fin de año con la visita a la gasolinera.
Calendario de las próximas medidas
En el mismo capítulo de normativas en vísperas de las campanadas de Nochevieja podemos incluir la prohibición de circular en la M-30 a los coches sin etiqueta. La decisión del Ayuntamiento de Madrid fue aprobada solo unos días antes de su entrada en vigor, aunque afecta a las vidas de miles de personas que tendrán que buscar a contrarreloj una alternativa para sus desplazamientos que, en la mayoría de los casos, no incluirá la compra de un coche nuevo, sino la asunción estoica de que tendrán que invertir más tiempo para entrar y salir de la ciudad.
Es otra muestra más de los problemas de gestión de las administraciones, que dejan al ciudadano indefenso y bajo la losa de decretazos de última hora que impiden una reacción sosegada. Con el inicio de 2023, quedarán 12 años hasta la implantación del veto a la venta de coches diésel y de gasolina en la Unión Europea. Pero en esa cuenta atrás quedarán muchas decisiones que tomar y que anunciar en las ciudades y en los países para ir modelando la movilidad del futuro. ¿Es mucho pedir contar con un calendario de esas medidas? Quizá así podamos llegar a la próxima Nochevieja sin tantos sobresaltos.