La historia nos demuestra que cuando se produce un fuerte impacto en la vida económica y social los resultados son inesperados y sorprendentes, enriquecen a algunos, pero también dejan a otros en el camino. A estas alturas del siglo XXI ya no cabe duda que estamos viviendo un cambio de era. Y se está produciendo ahora mismo.
Artículo publicado en Auto Mobility Trends 2022 By Metyis y de Coche Global. El Barómetro se puede consultar de forma íntegra en este enlace.
La economía mundial bascula hacia otros continentes y productos de forma vertiginosa e imparable. Mientras, surgen nuevos y poderosos protagonistas de la innovación sobre las cenizas de los del pasado. Como cuando las intocables tabaqueras, líderes bursátiles el siglo pasado, fueron arrasadas como los dinosaurios por el impulso de la informática. IBM, Microsoft o Apple, ocuparon su lugar en los salones del poder.
Preguntas e incógnitas de la movilidad
Fumar no es imprescindible y está mal visto, moverse sí es imprescindible, pero empieza a estar mal visto hacerlo con tecnología de combustión. Tampoco vamos a profundizar mucho, como no lo hace nadie, si pasar de un eficiente y ecológico motor diésel a un coche eléctrico con una batería de producción descontrolada en un lejano país asiático y que utiliza un elemento químico, el litio, que la UE estudia declarar tóxico, es realmente bueno para el medio ambiente. Cómo vamos a producir electricidad para los más de 240 millones de vehículos que circulan en la UE es otra incógnita.
Sin hacerse muchas preguntas, el ‘mundo occidental’ se han lanzado a la carrera de la movilidad electrificada como absorbe las nuevas tendencias que llegan de NY vía Instagram. Hace ya unos años que Tesla vale en bolsa más que cualquiera de los fabricantes tradicionales, de lo que se ha beneficiado su propietario.
Cambios en el automóvil
Los datos de Auto Mobility Trends 2022 confirman el cambio que se está produciendo en el sector, acosado por la falta de suministros que provoca el covid, la guerra, la escalada de precios… y todavía sin contabilizar el impacto de la inflación y de la subida de tipos. Se ralentizan las inversiones, se frena la creación de empleo y las ayudas no llegan, pero surgen nuevos actores que impulsan nuevos negocios.
