En el asfalto del Portland International Raceway, Álex Palou volvió a escribir una de esas páginas que el tiempo no borra. El piloto catalán selló este domingo su cuarto título de la IndyCar Series —tercero consecutivo— de la mano de su equipo Chip Ganassi Racing y de Honda y confirmó que su nombre ya habita en la misma mesa de los grandes: Ted Horn, Sébastien Bourdais, Dario Franchitti, Mario Andretti… y ahora Palou, un español que ha convertido el campeonato norteamericano en su territorio particular.
Su tercer puesto en el Gran Premio de Portland le bastó para coronarse campeón con dos carreras de antelación antes del final de la temporada, después de que su único rival en la clasificación, el mexicano Pato O’Ward, viera evaporarse sus opciones por un fallo electrónico que le hizo perder ocho vueltas en boxes. A partir de la vuelta 21, el título dejó de ser una incógnita y pasó a ser una celebración en espera.

Álex Palou celebra el triunfo en la Indy
Tras una agitada carrera marcada por accidentes y la estrategia de los equipos, así como por un susto al final con una salida de pista, Álex Palou celebró su título señalando el número cuatro con su mano y destacando la labor del equipo y de Honda durante toda el año. La temporada de Palou ha sido arrolladora: ocho victorias en 15 carreras, cinco poles y un dominio que recuerda a las campañas más icónicas de la categoría, como las de A.J. Foyt en 1964 o Al Unser en 1970. El momento culminante, sin embargo, se escribió en mayo, cuando se convirtió en el primer español en ganar las 500 Millas de Indianápolis. Aquella victoria, con Honda y Chip Ganassi Racing, fue mucho más que un triunfo: fue la confirmación de que Palou ya no compite solo contra sus rivales, sino contra la historia.
Triunfo de un español y una japonesa en EEUU
Honda, protagonista silenciosa de esta era, también salió reforzada. El fabricante japonés acumula 16 victorias en la Indy500 y ha dominado esta temporada frente a Chevrolet, reforzando la alianza que ha llevado a Palou a la cima. “Ese chico es increíble”, resumió Chip Ganassi, consciente de que su equipo ha encontrado en el catalán un heredero de leyendas como Scott Dixon.
En el podio de Portland, Palou alzó el trofeo con una naturalidad casi desarmante, como quien sabe que lo difícil no es llegar, sino mantenerse. A sus 28 años, con cuatro títulos en cinco temporadas y el recuerdo imborrable de Indianápolis en la retina, su leyenda sigue creciendo… y Honda ya tiene a su campeón para seguir escribiendo la historia.