Aunque en Europa estamos acostumbrados a que los coches nuevos suelen tener niveles altos de seguridad, en otras áreas geográficas y otros países se venden vehículos sin ninguna estrella de la organización Ncap. Por no tener no tienen ni un airbag. Pero la lucha contra esa doble moral de la industria automovilística acaba de anotarse una importante victoria.
Nissan ha anunciado el cese de la producción del modelo Tsuru justo antes de que una prueba de choque grabada en vídeo anunciada por la organización Global Ncap haya demostrado de forma nítida el nivel pésimo de medidas de seguridad del coche en comparación con otro turismo similar de la misma marca. El Tsuru se vende en Latinoamérica y su homólogo Versa, en Estados Unidos y en ambos casos se producen en la planta de Nissan en México.
Un historial de muertes
La organización Latin Ncap estima que el modelo Nissan Tsuru se ha visto envuelto en accidentes de tráfico con 4.000 muertos en los últimos años, por lo que considera que el anuncio de retirada del mercado de ese coche llega demasiado tarde y además no es inmediato porque se mantendrá a la venta hasta mayo del 2017. El vídeo de la prueba de choque emitida en directo entre un Tsuru y un Versa es demoledor: el conductor del Tsuru queda atrapado en un amasijo metálico debido a la deformación del habitáculo del vehículo y después de golpear contra el volante y el techo aplastado. Si el dummy hubiera sido una persona es muy probable que hubiera muerto.
La prueba forma parte de una campaña para erradicar los coches #zerostars de la venta. El Tsuru es uno de los modelos inseguros que no pasarían los mínimos de países occidentales pero que se siguen vendiendo en estados como México. Es cierto que las marcas no cometen ninguna ilegalidad y que probablemente con esos coches mucho más básicos pueden ofrecer coches más asequibles. Pero en un mundo globalizado la diferencia entre mercados como el mexicano y el de EEUU resulta más sangrante.