Hay coches que nacen para cumplir una función concreta y otros que, casi sin quererlo, acaban representando algo más. El BYD Dolphin Surf pertenece claramente al segundo grupo. Es el modelo más pequeño de la marca en Europa, sí, pero también uno de los más importantes por lo que simboliza: la democratización real del coche eléctrico. En la prueba a fondo para Coche Global hemos podido comprobar que el BYD Dolphin Surf ha llegado cargado de argumentos y ambición al segmento de los eléctricos urbanos, que sigue ampliándose con nuevos modelos.
Valoración BYD Dolphin Surf: diseño, 7; interior, 8; motor, 8,2; conducción, 9,5; global, 8,175
El Dolphin Surf llegó en 2025 al mercado español y europeo tras constatar su éxito en otros mercados, como demuestra que haya alcanzado la cifra de un millón de unidades vendidas en 27 meses en todo el mundo. Aunque se empezó a producir en China, el Surf será uno de los primeros modelos en debutar en la nueva fábrica europea de BYD en Hungría en su afán por acercarse más a sus clientes del Viejo Continente.
Un diseño singular
BYD ha decidido dar personalidad propia a su eléctrico urbano. En un mercado donde muchos modelos apuestan por formas neutras para no molestar, el Dolphin Surf se presenta con un diseño arriesgado, casi provocador. El frontal corto y muy inclinado, las líneas marcadas y una trasera abrupta transmiten una sensación clara de coche “hecho a conciencia”, no de producto de compromiso.
No es un diseño amable en el sentido clásico, pero sí honesto: cada forma responde a una función. Ese corte trasero, por ejemplo, no es solo una decisión estética, sino la clave para ganar espacio interior en un coche de apenas cuatro metros. Puede gustar más o menos, pero es exactamente lo que debería hacer un coche urbano moderno: tener personalidad propia.

BYD Dolphin Surf
Pequeño por fuera, sorprendente por dentro
Si algo deja claro el Dolphin Surf es que el tamaño ya no define la experiencia. Sus casi cuatro metros esconden un interior muy bien aprovechado, fruto de una plataforma eléctrica pensada desde cero.
El coche está homologado para cuatro plazas, pero no como una concesión legal, sino como una realidad usable. Las plazas traseras permiten viajar con comodidad, incluso para adultos altos, y la sensación de espacio es notable gracias a la altura del habitáculo y a la ausencia de un frontal tradicional.
Los materiales acompañan esa sensación de coche “bien pensado”. No son lujosos, pero sí agradables, con superficies blandas y detalles que se alejan del plástico duro típico de los urbanos más económicos. Algunos acabados son poco convencionales, incluso extraños al primer contacto, pero refuerzan esa idea de estar ante algo distinto.

Parte trasera del BYD Dolphin Surf
Un urbano y algo más
Uno de los grandes aciertos del Dolphin Surf es que no se siente limitado. Ni en espacio, ni en tecnología, ni siquiera en prestaciones. Su maletero, con alrededor de 320 litros, está por encima de lo esperado en este segmento y permite un uso real más allá del día a día urbano. Y cuando toca moverse, el conjunto técnico responde con una solvencia sorprendente.
Con baterías de hasta 43,2 kWh, un peso contenido y una eficiencia muy trabajada, el Dolphin Surf demuestra que la autonomía urbana ya no es un problema. En ciudad, los consumos se desploman y las cifras reales rozan los 500 km, mientras que en uso combinado es fácil moverse en el entorno de los 300 km reales sin demasiadas concesiones. Es un coche claramente optimizado para el entorno urbano, pero no se amilana cuando sale de él.
El placer inesperado de conducirlo
Quizá uno de los aspectos más llamativos del Dolphin Surf sea su carácter dinámico, especialmente en la versión más potente. Con 156 CV, este pequeño eléctrico no solo se mueve con soltura, sino que resulta francamente divertido.
La aceleración es contundente, inmediata, y recuerda a esos pequeños GTi de antaño, pero sin ruido ni vibraciones. Los modos de conducción permiten modular el carácter del coche, desde un enfoque claramente eficiente hasta uno más juguetón, y el equilibrio del modo Normal resulta especialmente acertado. No es un deportivo, pero tampoco pretende serlo. Simplemente demuestra que un urbano eléctrico puede ofrecer algo más que transporte eficiente.

Interior del BYD Dolphin Surf
Tecnología sin complejos
BYD no entiende el coche urbano como un producto recortado. El Dolphin Surf llega cargado de tecnología incluso en sus versiones más accesibles: pantalla giratoria, conectividad completa, asistentes de conducción avanzados, sistema V2L y, en los acabados superiores, una cámara 360º más propia de segmentos superiores.
Todo ello se integra en un ecosistema digital amplio, con muchas opciones de personalización y una clara apuesta por la conectividad. No todo es perfecto —algunos sistemas requieren adaptación y hay detalles mejorables— pero el nivel general está muy por encima de lo que históricamente ha ofrecido este segmento.
El precio como argumento definitivo
Y entonces llega el dato que lo cambia todo. Desde 11.780 euros, ayudas incluidas, el BYD Dolphin Surf se convierte en el coche eléctrico más accesible del mercado español. Un precio que, lejos de ir acompañado de recortes evidentes, ofrece un producto completo, bien equipado y con garantías sólidas.
Este es el verdadero golpe sobre la mesa. Porque el Dolphin Surf no es barato “porque sí”, sino porque plantea una nueva forma de entender el coche eléctrico urbano: accesible, funcional y tecnológicamente avanzado.
Más que un coche, un mensaje
El BYD Dolphin Surf no es solo un nuevo modelo. Es una declaración de intenciones. Demuestra que el coche eléctrico puede ser cotidiano, usable y deseable sin convertirse en un objeto de lujo.
Pequeño en dimensiones, sí. Pero grande en ambición, en planteamiento y en impacto. Y por eso, más allá de cifras o fichas técnicas, este Dolphin Surf marca un antes y un después en la movilidad urbana eléctrica en España.