Motorsport

F1 en 2026: guerra por una trampa en los motores

La temporada 2026 de la F1 se prepara con una guerra por la opción de una trampa en la compresión de los motores. Lo analiza el Podcast Técnica Fórmula 1

Un coche de Mercedes en el circuito de Qatar / X MERCEDES

Un coche de Mercedes en el circuito de Qatar / X MERCEDES

Raúl Molina

31.12.2025 10:45h

3 min

Después de una semana de vacaciones, por Navidad, el Podcast Técnica Fórmula 1 regresa en el momento en el que hay noticias más que jugosas para analizar, sobre todo en la Fórmula 1.

Motores en el centro de la polémica

En 2026 encaramos el inicio de una nueva era. Pero, antes incluso de que los monoplazas rueden en pista, la gran historia del próximo campeonato gira en torno a los motores y una polémica que ya domina las conversaciones en el paddock

La nueva normativa técnica, diseñada para equilibrar costes y atraer a nuevos fabricantes, incluyó un cambio clave: la reducción de la relación de compresión máxima de los motores de combustión interna de 18:1 a 16:1. Esta cifra define cuántas veces se comprime la mezcla de aire y combustible en el cilindro, y es un parámetro fundamental para la eficiencia y potencia del motor. 

Sin embargo, equipos punteros como Mercedes y Red Bull Powertrains (con apoyo de Ford) parecen haber encontrado una “brecha” o interpretación del reglamento técnico (artículo C5.4.3) que les permitiría, en condiciones reales de funcionamiento, superar ese límite. 

La clave está en cómo se mide legalmente la compresión: la relación solo se verifica cuando el motor está estático y a temperatura ambiente. Eso deja una ventana para que, una vez el motor está caliente y en pleno uso, los materiales se expandan controladamente, lo que aumenta el volumen efectivo en la cámara de combustión, y el motor opere con una relación similar a la antigua de 18:1.

La importancia de medir bien

Este supuesto “truco” no es menor. Simulaciones independientes estiman que podría ofrecer hasta unos 10 kW adicionales (13 CV) y traducirse en 0,3–0,4 segundos por vuelta en circuitos sensibles al motor, como el Albert Park de Melbourne.

Los demás fabricantes (Ferrari, Audi y Honda/Aston Martin), como no podía ser de otra forma, han alzado la voz y enviado cartas de protesta a la FIA, alegando que esta interpretación va en contra del espíritu de la normativa y rompe la pretendida igualdad de condiciones antes de que la temporada siquiera comience.

El lío ya está sobre la mesa: la FIA actúa con tibieza (al menos en ese sentido son coherentes: nunca se mojan). Han defendido que los motores son legales según el reglamento vigente, porque cumplen con la medición establecida. También ha dejado entrever que en el futuro podrían ajustarse procedimientos o textos para cerrar la laguna, pero por ahora la situación se mantiene sin una resolución clara.

¿Qué podría pasar a menos de un mes de que arranquen los primeros motores? Más allá de quién tenga razón, el lío es real: si esta interpretación sigue siendo válida, Mercedes y Red Bull podrían entrar en 2026 con una clara ventaja de rendimiento (una vez más). Y eso beneficiaría, también, a todos los equipos que utilicen sus unidades de potencia (4 motorizados por Mercedes, entre ellos, McLaren; y 2 motorizados por Red Bull Powertrains – Ford).

Está claro que se crearía un desequilibrio técnico y competitivo que, desde ya, amenaza con marcar la primera parte de la era 2026.

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