Volvo Cars ha anunciado un nuevo recorte de plantilla en EEUU. La medida afecta al 5% de los empleos en la planta de Volvo (propiedad de la china Geely) en Charleston, en Carolina del Sur, como parte de un ajuste operativo motivado por las condiciones cambiantes del mercado y la creciente incertidumbre en torno a las políticas comerciales, incluidos los aranceles entre Estados Unidos y otros mercados.
El recorte laboral afectará a unos 125 trabajadores de los aproximadamente 2.500 que emplea actualmente la compañía en esa planta, según confirmó un portavoz de Volvo. No se han detallado los puestos específicos ni el impacto exacto que tendrá esta reestructuración en la producción local.
Inversiones de Volvo, propiedad de Geely
Este anuncio se produce en un momento de revisión interna para Volvo, que la semana pasada ya había adelantado planes de reducción de costes por valor de 18.000 millones de coronas suecas (unos 1.880 millones de dólares) a nivel global, aunque ha precisado que el recorte en Charleston es independiente de esos planes generales.
A pesar de este ajuste puntual, Volvo ha reiterado que Estados Unidos sigue siendo una pieza clave de su estrategia industrial y comercial a largo plazo. La compañía sueca, propiedad mayoritaria del grupo chino Geely Holding, mantiene su compromiso con la creación de hasta 4.000 empleos en Carolina del Sur y asegura que su intención sigue siendo aumentar la producción en Charleston en los próximos años.
Importaciones de Europa y Asia
Actualmente, la fábrica estadounidense de Volvo tiene una capacidad para fabricar 150.000 vehículos al año, aunque por el momento solo produce el SUV eléctrico EX90 y el modelo 3 de Polestar. La mayoría de los vehículos de Volvo que se venden en EEUU continúan llegando desde sus plantas en Europa y Asia.
En su último informe de ventas, Volvo confirmó que había entregado 1.316 unidades del EX90 en el mercado estadounidense hasta abril. La marca, que cuenta con unos 43.000 empleados en todo el mundo, de los cuales 3.000 están en América, enfrenta el desafío de adaptar su estructura operativa mientras avanza en su transformación hacia la electrificación.
