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Formación de operarios como programadores de Seat

Formación de operarios como programadores de Seat

La transición laboral pendiente en la automoción

Hay que poner en marcha la adaptación de las plantillas a la movilidad del futuro antes de que sea demasiado tarde

Toni Fuentes

10.01.2021 00:00h

2 min

La transición ecológica y la digitalización se han convertido en poderosas tendencias inevitables en el sector de la automoción. La discusión ahora es sobre el ritmo de esa transformación en la que los coches diésel y de gasolina están dejando paso a los modelos electrificados completamente conectados. Sin embargo, ese cambio lleva a aparejadas unas consecuencias de las que se habla poco, como por ejemplo la transición ecológica y tecnológica de la mano de obra de la industria de automoción.

El dilema del huevo y la gallina reaparece en la reconversión del sector del automóvil. Las fábricas de automóviles necesitan la asignación de modelos electrificados, y estos a su vez necesitan de plantas de baterías pero también de trabajadores formados en la nueva tecnología y disponibles. 

Hasta ahora, las fábricas que han ido incorporando modelos eléctricos o híbridos a sus líneas de montaje han dado los conocimientos necesarios a sus operarios para poder ensamblar las baterías y el resto de equipos, pero ese reciclaje básico no es suficiente. Los coches del futuro que empiezan a llegar ya, junto a los nuevos hábitos de movilidad, dan un peso mucho mayor al contenido digital y de 'software'. El valor de esos vehículos se centrará en las baterías pero, sobre todo, en los sistemas informáticos y electrónicos a medida que el precio del almacenamiento de energía eléctrica vaya bajando.

Más tiempo e inversión en formación 

La iniciativa que ha tomado Seat de iniciar un programa para formar a operarios como programadores es oportuno y acertado porque afronta el reto de fondo de la automoción en el terreno laboral. Los fabricantes de coches tienen que convertirse, también, en especialistas en desarrollar 'software' adaptado a sus necesidades y, al mismo tiempo, tienen que promover la reorientación de sus trabajadores. 

El problema generado por la escasez de chips que está sufriendo la industria de automoción muestra a las claras la gran dependencia que tienen los fabricantes de vehículos de los gigantes de la electrónica, que tienen que racionar el suministro de microprocesadores a sus múltiples clientes, desde la nueva PS5 al nuevo Seat León, por ejemplo. 

Los sindicatos ya han advertido de que hay miles de empleos en peligro por la transición ecológica y la digitalización en marcha, por lo que es urgente que los planes de reconversión de la industria incluyan acciones decididas para formar a los trabajadores. Se trata de una labor que requiere tiempo e inversión, por lo que más vale que cunda el ejemplo de Seat y se extienda a todo el sector con el apoyo de las administraciones y de los proveedores.

 

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