La creciente presión social en Francia contra las empresas nacionales que mantenían sus actividades en Rusia ha forzado a Renault a rectificar y a paralizar su fábrica en Moscú. La compañía que dirige Luca de Meo había reanudado la producción en Rusia después de un parón temporal por la falta de suministros, pero finalmente ha optado por parar e incluso estudiar su salida del país a pesar del elevado coste que le supondría.
Renault tiene en Rusia su segundo mercado más importante al controlar el primer fabricante de automóviles del país, la empresa Autovaz, que se creó en la década de los años 60 por el Gobierno de la URSS con licencias de modelos de Fiat. Poco después de la invasión de Ucrania por parte de Rusia, Autovaz paró su actividad industrial por la falta de suministro de algunos componentes. El lunes pasado, las plantas reanudaron parcialmente su actividad hasta ahora, cuando el grupo francés ha cambiado su postura y ha anunciado la "suspensión de actividades industriales" decidida por el consejo de administración.
El Grupo Renault ha recordado que "ya implementa las medidas necesarias para cumplir con las sanciones internacionales" al régimen de Vladimir Putin por el ataque militar a Ucrania.
Críticas en Francia
Renault ha tomado la decisión después de recibir críticas por reanudar la producción en Rusia y ante la presión de la opinión pública sobre otros grupos como la francesa TotalEnergies por seguir haciendo negocios con el país.
Unas horas antes de la reunión del consejo de administración de Renault -controlada por el Estado francés-, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, criticó las empresas que seguían enriqueciéndose con Rusia mientras Putin masacra a la población de Ucrania. "Deben abandonar el mercado ruso: Renault, Auchan (Alcampo en España), Leroy Merlin y otras deben dejar de ser los patrocinadores de la maquinaria de guerra rusa", pidió Zelensky en un discurso ante el Parlamento francés.
La reacción de Renault incluye también abrir la puerta a una posible salida de Rusia, donde posee el 68% de Autovaz. Renault indicó que "evalúa las opciones posibles", teniendo en cuenta que actuará "de manera responsable respecto a sus 45.000 empleados en Rusia".
De momento, el paso dado por Renault de paralizar su actividad industrial en Rusia supone que tendrá que revisar sus perspectivas financieras para 2022, bajando la previsión de margen de rentabilidad del 4% al 3%. Al mismo tiempo, Renault tendrá que dotar una provisión de 2.195 millones, equivalente al valor de sus activos en Rusia, en previsión de un repliegue.
Impacto económico en Renault
La guerra en Ucrania ha puesto a Renault en una situación delicada dada la importancia que tiene Rusia, ya que es su segundo mercado solo por detrás de Francia. El pasado año, vendió en Rusia el 18 % de sus vehículos y ese país representó el 10 % de su facturación.
Con la suspensión de actividades de Renault, que se une a la ralentización de la actividad de TotalEnergies, queda otro grande grupo francés en el centro de las críticas, Leroy Merlin, que descarta, de momento, dejar de operar en Rusia.
La agencia de calificación crediticia Fitch Ratings ha alertado de que la actual nota del fabricante automovilístico Renault ('BB', con perspectiva 'estable') está en riesgo por su exposición a Rusia. Fitch considera que el margen de apalancamiento para su actual nivel de rating podría reducirse si tuviera que absorber las pérdidas completas de sus operaciones en Rusia.
"La amplitud total del impacto todavía no está clara y Fitch sigue vigilando la situación muy de cerca", ha alertado la calificadora. En su opinión, las consecuencias negativas para la empresa serían mayores si registrara efectos secundarios de la crisis relacionados con presiones de costes o problemas de la cadena de suministro.
La exposición de Renault a Rusia es la mayor de toda la industria fabricante y auxiliar automovilística que examina Fitch. La agencia estima que el 10% de los ingresos y cerca del 12% del margen operativo procedió de Rusia en 2021. La pérdida de este área geográfica, en caso de que no se aprueben medidas de contigencia, provocará que la generación de flujo de caja sea negativa durante los próximos dos años.