Nissan empieza a obtener frutos de su plan de reestructuración para reducir costes y del efecto imprevisto de la crisis de los microchips. El fabricante japonés esquivó las pérdidas en los nueve primeros meses del año fiscal 2021-2022 (de abril a diciembre de 2021) y registró un beneficio neto de 1.536 millones de euros al cambio actual, frente a los 'números rojos' de 2.806 millones de euros del mismo período del año anterior. La empresa admite que estos resultados son mejores de lo previsto y anuncia un aumento de su expectativas para el año.
Nissan indicó que esta evolución positiva de su negocio se explica por las condiciones favorables de mercado en Estados Unidos y por el incremento de la ventas "de calidad" al haberse centrado en la producción de vehículos de más valor añadido para hacer frente a las restricciones en el suministro de chips a las fábricas.
Disciplina financiera y de costes
La compañía atribuyó la mejora también a la disciplina financiera que está llevando a cabo la empresa y también el control de los costes fijos. El plan de reestructuración que puso en marcha la compañía incluía medidas como el cierre de las tres fábricas de Barcelona, que se produjo a final de 2021.
Entre abril y diciembre, Nissan registró una cifra de negocio de 46.977 millones de euros, un 15,7% más respecto al ejercicio anterior. Nissan cerró los nueve primeros meses de su año fiscal con un beneficio operativo de 1.460 millones de euros que contrasta con las pérdidas de 1.004 millones de euros de un año antes.
Tras estos resultados presentados hasta diciembre, la empresa estima lograr un beneficio neto en el conjunto del año fiscal 2021-2022, que finaliza en marzo, de 1.564 millones de euros, lo que supone aumentar en 190 millones de euros su anterior previsión. Además, Nissan también ha revisado al alza su estimación de facturación anual, de forma que ahora contempla lograr unos ingresos anuales de 66.488 millones de euros, frente su previsión previa de 67.175 millones de euros.
