Frank Torres vuelve a situarse en el epicentro de una transformación industrial con acento español. El directivo tarraconense, que hace apenas unos años protagonizó la operación más dolorosa de la automoción en el país —el cierre de la histórica planta de Nissan en Barcelona—, ha sido fichado por Indra Group para dirigir su nueva división de vehículos militares terrestres. Su desembarco coincide con la gran apuesta de José Vicente de los Mozos, consejero delegado de la tecnológica y exjefe de Torres en Nissan y la alianza con Renault, de aprovechar el aumento del gasto en defensa con una oferta de tanques y vehículos blindados con sello cien por cien español.
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El Consejo de Administración de Indra ha aprobado por unanimidad, según indica en un comunicado, el nombramiento de Frank Torres como director general de Indra Land Vehicles y Chief Program Officer del grupo, además de incorporarlo al Comité de Dirección. Una decisión que refleja el estilo De los Mozos: rodearse de perfiles de confianza curtidos en crisis, con bagaje internacional y capacidad para ejecutar procesos de reindustrialización complejos.
Del cierre de Barcelona al renacimiento en Gijón
Torres es recordado por los trabajadores de la Zona Franca como el rostro visible del apagón de Nissan en Cataluña. En 2020, mientras los sindicatos montaban barricadas, él se mantenía firme como negociador en el proceso de reindustrialización, entre protestas frente a su domicilio y acusaciones de “liquidador”. Unos años antes, Frank Torres aupó la actividad de la fábrica de Barcelona con la negociación de nuevos modelos asignados.

José Vicente de los Mozos en la planta de Land Vehicles de Gijón / INDRA
Indra le encarga ahora una tarea más agradecida, levantar un nuevo negocio. La compañía ha comprado el Tallerón de Duro Felguera en Gijón, un complejo de 75.000 m² que Indra quiere convertir en una de las fábricas de blindados más modernas de Europa. Allí, Torres deberá coordinar la integración de más de 150 profesionales y liderar la modernización con procesos de robótica, soldadura avanzada y líneas de montaje para vehículos militares de cadenas y ruedas.
El maratoniano que no abandona
Ingeniero industrial por la UPC, MBA y formación en Harvard e IESE, Torres ha construido una carrera que va de la fábrica a la estrategia global. En Nissan fue presidente en India (su última misión), responsable de operaciones industriales en España, directivo en Rusia y vicepresidente regional de Transformación y Alianzas para Europa, África, Oriente Medio e India. Su reputación interna era la de un gestor eficaz, aunque en Barcelona su nombre quedó marcado como el del hombre que apagó las luces. En ese momento, en 2020, De los Mozos salió en defensa de su colega Frank Torres durante la tormenta que tuvo que afrontar por el cierre, incluyendo escraches de los sindicatos frente a su casa.
Fuera del despacho, su otra pasión es la resistencia: participa en maratones y ultramaratones. Una metáfora que encaja con el reto que afronta en Indra: carreras largas, disciplina, visión global y capacidad para soportar la presión del entorno en un sector como el de la defensa.

Foto de Frank Torres de Indra
Competencia a Santa Bárbara
De los Mozos quiere que Land Vehicles sea el nuevo motor industrial del grupo y que Asturias se convierta en el epicentro de la soberanía tecnológica española en defensa terrestre. Con la vista puesta en los grandes programas europeos —del Dragón 8x8 a los futuros carros de combate colaborativos—, Indra busca combinar su liderazgo en electrónica y sistemas con una capacidad de fabricación propia de plataformas completas.
El fichaje de Torres en Indra (avanzado por la Tribuna de Automoción) encaja en ese engranaje. Un gestor que ya ha probado su habilidad para negociar con sindicatos, gobiernos y multinacionales, ahora deberá coordinar ingenieros, cadenas de montaje y programas europeos en un sector estratégico.
El proyecto de De los Mozos y Torres en Indra busca competir con General Dynamics, propietario del viejo fabricante militar español Santa Bárbara, con instalaciones en Sevilla y Asturias .
El tránsito de Torres simboliza una tendencia más amplia: el trasvase de talento de la automoción a la defensa. Con un mercado del coche en plena transición eléctrica y digital, y con Europa reclamando soberanía en defensa, perfiles como el suyo encuentran una segunda vida en los blindados. El maratón industrial de Frank Torres cambia de escenario.