Marc Heidrich asumió el cargo de presidente de Kia Europa en enero de 2024, en pleno viraje industrial hacia la electrificación y con un tablero geopolítico en constante movimiento. Él mismo resume el escenario de forma sincera: “Volatilidad extrema, inestabilidad política y un cliente que no evoluciona al mismo ritmo que la regulación”. El directivo recuerda que, pese al avance de la electrificación, Europa es la única gran región que no ha recuperado los niveles de matriculación prepandemia. “Faltan tres millones de coches” para alcanzar aquella referencia. Un déficit que condiciona inversiones y estrategias.
La política, dice, ha jugado un papel determinante. Alemania retiró de forma súbita las ayudas al vehículo eléctrico, Francia penalizó la importación desde China, Estados Unidos reactivó barreras arancelarias… “Todo cambia de la noche a la mañana”, reflexiona. Por eso insiste en que el 10 de diciembre, fecha señalada para que la UE revise su hoja de ruta hacia la industria automovilística, el sector necesita una cosa por encima de cualquier otra: certezas. No cuestiona los plazos ni la dirección, pero pide algo elemental: que la discusión acabe. “Europa no puede dispararse a sí misma. Somos industria, somos empleo. Necesitamos estabilidad legislativa y ajustes finos, no volantazos”.

Marc Heidrich, presidente de Kia Europa
Irrupción de las marcas chinas
En paralelo, la competencia china ya está dentro del perímetro. Heidrich admite que se anticiparon a su desembarco, pero asume que su irrupción ha sido más rápida y masiva de lo esperado: compras de fábricas, ampliación de red comercial en Europa, una política agresiva en precio. Y ahí traza un límite claro: no se luchará con los chinos por precio, porque “esa batalla está perdida de antemano”. El contrapeso, resume, se construye con tres palancas: marca, red y experiencia de cliente. La primera, porque el valor aspiracional importa. La segunda, porque la posventa sigue siendo un factor de decisión crucial. Y la tercera porque cuando el usuario tiene un problema, “el servicio y la disponibilidad de recambios marcan la diferencia real”.
Heidrich sostiene que Kia llega a este pulso con una ofensiva de producto nunca vista. Entre 2025 y en el arranque de 2026, la marca habrá desplegado EV3, EV4, EV5, PV5, el pequeño EV2 y renovado Stonic. Cree que esta profundidad de gama permitirá sostener el crecimiento más allá de la curva del eléctrico, que avanza, pero con menos intensidad de la prevista. Aun así, ve al mercado evolucionando más rápido de lo que muestran los titulares: en España, recuerda, la cuota de eléctricos se ha duplicado hasta el 8,5% y el EV3 es ya el segundo BEV más vendido en el país. Su previsión para 2030 es clara: un 60% de las ventas de Kia en Europa serán eléctricas, manteniendo motores térmicos donde el cliente aún los demande.
En ese camino, la compañía profundiza su transición hacia un rol más amplio: el de proveedor de movilidad, no solo fabricante. Además del despliegue eléctrico, Heidrich destaca el desarrollo del ecosistema PBV —vehículos comerciales e industriales— como la apuesta más estratégica. PV5 ya está en el mercado en varias configuraciones, y llegarán PV7 y PV9. “No entraremos en el negocio de comerciales con un solo producto”, resume.
¿Segunda planta europea de Kia?
La fábrica eslovaca de Žilina se mantiene como base productiva europea. Puede alcanzar 350.000 unidades anuales produciendo dos modelos eléctricos -EV4 y EV2- y dos térmicos -Xceed y Sportage-. ¿Una segunda planta en Europa? Solo si el mercado lo justifica. Por ahora, el equilibrio entre producción local y llegada desde Corea del Sur —respaldado por el acuerdo comercial UE-Corea— es, en su opinión, el adecuado.
España merece mención aparte. Heidrich define al equipo español como “uno de los mejores de Europa”. El país será este año el segundo o tercer mercado para Kia por volumen, algo notable en una región donde no figura entre los tres grandes. La electrificación también avanza y la red, dice, responde con calidad.
Cuando se le solicita una palabra para describir a Kia, elige una: “Movimiento”. No por el eslogan —Movement that inspires—, sino por la obligación de no detenerse. “Si una bicicleta no avanza, cae. Con las marcas ocurre lo mismo. Los cementerios están llenos de empresas inmóviles”. Y apunta al tridente que, asegura, muchos rivales envidian: garantía de siete años, calidad contrastada en estudios independientes y un diseño que ha encontrado identidad propia. Lo ejemplifica con el EV3, que considera el heredero natural del EV9 en Europa debido a su mayor volumen potencial.