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El presidente del gobierno, Pedro Sánchez, protegido con mascarilla durante la visita que ha realizado a las instalaciones interiores de la empresa Hersill / EUROPA PRESS

El presidente del gobierno, Pedro Sánchez, protegido con mascarilla durante la visita que ha realizado a las instalaciones interiores de la empresa Hersill / EUROPA PRESS

Claridad en tiempos de pandemia

Empresas y sindicatos están hartos de mirar compulsivamente el BOE y de pedir la claridad que echan de menos en las medidas del Gobierno

Toni Fuentes

05.04.2020 01:00h

2 min

El BOE se ha convertido estos días en un diario de lectura obligada. Al igual que sucede con las webs de la prensa, el BOE ha multiplicado su audiencia. Una buena parte de esos lectores son gestores administrativos, graduados sociales, abogados, asesores, empresarios, directivos y sindicalistas. Todos buscan conocer el detalle de las últimas medidas aplocadas por el Gobierno de Pedro Sánchez para superar la pandemia del Covid-19 y, también, las aclaraciones posteriores de los decretos. 

Muchos de esos lectores del BOE, de las notas aclatarias, circulares e instrucciones se confiesan desbordados por la prolífica producción del Ejecutivo y, especialmente, por una intrincada redacción legal que les trae de cráneo. Todas las partes reconocen que estamos en un momento sin precedentes, impactados por la propagación del coronavirus, y admiten que es necesario frenar el contagio y las muertes.

Pero precisamente porque estamos en una situación excepcional, todo el mundo va en busca de guías y de asideros legales y morales que,en muchas ocasiones, el BOE no proporciona. Un ejemplo fue el endurecimiento del estado de alerta hace una semana con el cese de las actividades económicas no esenciales, que tuvo que ser clarificada en una nota interpretativa que también dejó dudas entre algunos agentes sociales. 

Liderazgo, diálogo y claridad

O el cambio de las reglas del juego en las medidas laborales al pasar de conducir a las empresas a los ERTE a empujarlas a los permisos retribuidos recuperables y obligatorios pero muy difíciles de implementar organizativamente y en el contexto económico actual de incertidumbre titando a pesimismo. 

La confusión sigue ahora con la última comparecencia de Pedro Sánchez este sábado, en la que pasó de anunciar la prórroga del estado de alarma a explicar al cabo de una hora que las empresas esenciales podían volver a trabajar. O al menos eso entió la mayor parte de la prensa, incluso a pesar de no contar con el derecho a réplica en un formato de preguntas en una rueda de prensa demasiado encorsetada. 

En tiempos de una pandemia como la actual, pocos querrían estar en la piel de Pedro Sánchez. Está claro que es una tarea con la pesada losa de la responsabilidad. Pero, además del diálogo, es más necesaria que nunca la claridad en las medidas que se nos aplican de forma traumática. 

 

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