Industria

China 'enfría' el boom del coche eléctrico

El Partido Comunista de China quita el coche eléctrico de las prioridades del próximo plan económico a 5 años

Fábrica de coches eléctricos de NIO con JAC en China / NIO

Fábrica de coches eléctricos de NIO con JAC en China / NIO

Toni Fuentes

04.11.2025 18:05h

3 min

Durante más de una década, el coche eléctrico fue el emblema del sueño tecnológico chino: símbolo de modernidad, orgullo nacional y dominio industrial, además de una necesidad para mejorar el aire de las megaciudades. Pero el mensaje que llegó desde el reciente Pleno del Comité Central del Partido Comunista de China marca un punto de inflexión. Por primera vez en más de diez años, los vehículos eléctricos no figuran entre las industrias estratégicas prioritarias del nuevo XV Plan Quinquenal (2026-2030).


Participa en Auto Mobility Trends en Madrid el 13 de noviembre con la inscripción en este enlace


Una decisión que, en el lenguaje del planeamiento chino, equivale a un cambio de rumbo. El anuncio ha sido interpretado como una señal inequívoca de que Pekín está dispuesto a poner fin a la era de las subvenciones que catapultaron a la industria de los vehículos eléctricos (VE) al liderazgo mundial. Tras años de apoyo estatal, la segunda economía del planeta se enfrenta ahora a los efectos secundarios de su propio éxito: una sobreproducción masiva y una competencia feroz que han desbordado incluso a las autoridades.

El boom eléctrico en China no surgió de la nada. Desde el XII Plan Quinquenal (2011-2015), los vehículos de nueva energía (VNE) —una categoría que incluye eléctricos puros, híbridos enchufables y de pila de combustible— fueron declarados sectores estratégicos. La política industrial alentó a provincias y municipios a invertir miles de millones de yuanes en subsidios, exenciones fiscales y créditos blandos para fabricantes y consumidores.

Auge de fabricantes chinos

El resultado fue un éxito rotundo: China se convirtió en el mayor mercado de vehículos eléctricos del mundo, y marcas como BYD, NIO, XPeng o Leapmotor pasaron de ser startups a gigantes industriales. En julio de 2024, los VNE ya representaban más del 50% de las ventas totales de automóviles en el país, alcanzando una meta prevista originalmente para 2035.

Pero el éxito trajo su propio riesgo. Hoy existen 169 fabricantes de automóviles en China; 93 de ellos tienen menos del 0,1% de cuota de mercado, según Jato Dynamics. Las calles y ferias automotrices del país están saturadas de modelos similares y precios en guerra. Lo que comenzó como una carrera por la innovación se transformó en una competencia de supervivencia que, de paso, ha espoleado las exportaciones y ha generado acusaciones de subsidios ilegales como argumento de la Unión Europea para imponer aranceles.

Incluso el presidente Xi Jinping ha advertido sobre la “competencia excesiva” que amenaza la sostenibilidad del sector. De ahí que, en la nueva hoja de ruta nacional, el foco se desplace hacia otras prioridades tecnológicas y empresariales.

El fin de la ayuda a los eléctricos

El repliegue de las subvenciones no es repentino. En 2022, Pekín ya había puesto fin al programa nacional de ayudas directas a la compra de coches eléctricos. Las exenciones fiscales se eliminarán progresivamente hasta 2027. El mensaje es claro: el Estado retira la red de seguridad y deja el crecimiento del sector en manos del mercado.

El cambio refleja más bien un ajuste de prioridades en un momento en que China busca fortalecer su autosuficiencia tecnológica y su resiliencia económica frente a las crecientes tensiones con Estados Unidos y la Unión Europea.

Nuevas prioridades para China

El XV Plan Quinquenal marca una nueva etapa del modelo de desarrollo chino. El crecimiento del PIB del 5,2% en 2025, superior al de 2024, ha dado margen a Xi Jinping para proclamar el fin de un “quinquenio de desarrollo extraordinario”. Pero el tono oficial es distinto: ya no se trata de crecer rápido, sino de crecer con seguridad.

El nuevo plan pone énfasis en sectores como los semiconductores, la inteligencia artificial, la industria aeroespacial y las energías renovables, considerados los motores de las “nuevas fuerzas productivas". La exclusión del coche eléctrico se entiende entonces como un síntoma de madurez: una industria que ya domina la cadena de suministro global, desde el litio hasta las baterías, puede avanzar por sí sola. 

Hoy destacamos