Industria

Cara y cruz de Polestar: más ventas, pero más pérdidas

Polestar registró pérdidas netas de 1.193 millones de dólares, más del doble que en 2024 por el deterioro contable y los aranceles y pese a vender un 51% más

Michael Lohscheller, CEO de Polestar

Michael Lohscheller, CEO de Polestar

Toni Fuentes

03.09.2025 14:48h

2 min

La marca sueca Polestar, controlada por Volvo y su propietario chino Geely, ha presentado sus resultados del primer semestre de 2025 y la lectura presenta dos caras opuestas: vende más que nunca, pero pierde todavía más.

El volumen de ventas minoristas creció un 51%, hasta 30.289 coches, gracias a la expansión de su red comercial —cinco nuevos puntos de venta al mes en el segundo trimestre— y a la fortaleza y expansión de su gama, con protagonismo creciente del Polestar 3 y Polestar 4. Los ingresos acompañaron: 1.423 millones de dólares, un 56,5% más que hace un año.

La cruz: un agujero de 1.193 millones

Ese dinamismo comercial, sin embargo, no se tradujo en beneficios. Polestar registró pérdidas netas de 1.193 millones de dólares, más del doble que en 2024. El lastre principal fue un deterioro contable de 739 millones de dólares vinculado al Polestar 3 y a los aranceles de EEUU, que hundió el margen bruto hasta el -49,4%. Ajustando ese impacto, la compañía presume de un margen positivo del 1,4%, pero la foto global muestra que vender más todavía significa perder más.

El EBITDA ajustado, aunque negativo, mejoró un 30% frente al año pasado, hasta los -302 millones, reflejo de un control más estricto de costes, menores gastos de marketing y algo de oxígeno aportado por la venta de créditos de carbono (72 millones en el semestre).

Lohscheller pide paciencia

El consejero delegado, Michael Lohscheller, se muestra optimista: “Nuestro rendimiento operativo en el primer semestre reafirma que estamos haciendo lo correcto en un mercado difícil”. El directivo, curtido en Opel, Vinfast y Nikola, ha redefinido el plan estratégico de Polestar: rentabilidad neta en 2027, con un primer paso hacia un EBITDA positivo en 2025.

Mientras tanto, Polestar asegura liquidez con 719 millones en caja, un refuerzo de 200 millones en capital fresco y líneas de crédito por 2.100 millones renovadas hasta agosto de 2025. Todo ello con el respaldo de su matriz, Geely, y la búsqueda de nuevos acuerdos con Volvo Cars.

Entre la promesa y el riesgo

La cara de Polestar es la ofensiva comercial: tiene presencia ya en 28 mercados, una gama premiada —el Polestar 4 recibió cinco estrellas Euro NCAP y el galardón Red Dot Best of the Best— y el inminente debut del Polestar 5 GT en septiembre, que aspira a consolidar la marca en el segmento premium eléctrico.

La cruz, no obstante, es la fragilidad financiera. Con una deuda que supera los 4.000 millones y una acción que ha perdido casi un 90% desde su salida a bolsa, la compañía necesita convencer a los mercados de que puede revertir la espiral de pérdidas.

Lohscheller lo resume en una frase que refleja el desafío: “Estamos facilitando que más clientes experimenten y compren un Polestar”. El problema es que, de momento, cada coche vendido agranda el agujero.

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