El centro de formación de Seat ha conseguido nuevos hitos. "Dímelo y lo olvido, enséñame y lo recuerdo, involúcrame y lo aprendo". Este es el lema que puede leerse sobre la puerta de entrada al taller de la Escuela de Aprendices de Seat. Lo que empezó con cursos puramente técnicos es ahora un sistema de Formación Dual con más de 5.000 horas de clases y prácticas por cada estudiante. En sus 62 años de historia, por la Escuela de Aprendices de Seat han pasado más de 2.800 alumnos. Ésta es su historia.

15.000.000 de horas aprendiendo 

La Escuela de Aprendices de Seat es un proyecto que nace con la fábrica de la Zona Franca (Barcelona) en los años 50. Para tener los mejores profesionales, lo mejor era formalos in situ. Desde entonces se han impartido más de 15 millones de horas de formación.

Los pioneros 

En 1960 salieron hacia la planta los 18 primeros aprendices, abriendo el camino de una formación de calidad y estabilidad laboral que continua a día de hoy. Xavier Méndez ingresó en la Escuela en 1963. “Seat me ha acompañado a lo largo de casi toda la vida. De aprendiz a operario y de operario a responsable de mantenimiento del Área de Chapistería de la fábrica de Martorell”.

Un aula llamada fábrica

Antonio Molina, antiguo alumno y empleado de Seat, recuerda que en los años 70 “no había ni un solo coche en el taller porque nos formaban para mantenimiento de instalaciones. La Escuela ha ido evolucionando con las necesidades de la industria del automóvil y ha sabido adaptarse”.

Actualmente, Seat Martorell se ha convertido en el aula principal. “Hace años, la práctica se limitaba al taller de la Escuela y ahora podemos entrar desde el primer año en la fábrica y en diferentes áreas de la empresa. Unas mañanas iba a clase y otras a la planta de Martorell”, comenta Alberto Martínez, alumno de la promoción de 2016.

La combinación entre teoría y práctica es resultado de la aplicación desde 2012 del sistema de Formación Dual, por el que los alumnos obtienen la doble titulación alemana y española. Al finalizar su primer curso ya rabajan en la fábrica y se les retribuye por ello.

Un mundo también de mujeres

En 1971 llegó la primera estudiante al centro de formación de Seat. Las mujeres habían llegado para quedarse. Actualmente en la Escuela de Aprendices hay el doble de mujeres que en otras escuelas del mismo sector. Marisa Dameá tenía claro que lo suyo era la robótica y la programación. Estudia el grado superior en Automatización y Robótica Industrial y ve su futuro en Seat. “Me veo trabajando en el Centro Técnico o en la planta con los robots”.

Un contrato en el horizonte

Los alumnos que terminan con éxito el ciclo formativo se incorporan a Seat con un contrato indefinido. En 6 décadas ya lo han hecho 2.542. “Cada curso en la Escuela de Aprendices es una oportunidad para dar alas al talento de los jóvenes, capacitándolos con las mejores herramientas para afrontar su futuro laboral. Tener las habilidades adecuadas y seguir aprendiendo continuamente será el elemento diferenciador tanto para su carrera como para la propia industria”, según Laura Carnicero, responsable de Formación en SEAT. De hecho, el 11% de los directivos de Seat son exalumnos de la Escuela.

Enseñar el futuro

"En Seat somos conscientes de que, en el futuro, existirán profesiones que hoy todavía no se han inventado. Nuestra gente tiene que estar preparada”, afirma Laura Carnicero. Para ello, se dedican desde el primer día a estudiar diferentes lenguajes de programación e incluso cuentan con una pequeña “fábrica inteligente”,  para que puedan aprender y practicar las tecnologías más futuristas.

El 17 de septiembre comienza un nuevo curso con 74 alumnos que estudiarán cuatro especialidades de grado superior. “Todo cambia y evoluciona muy rápidamente, por lo que tenemos que dar a los estudiantes una capacidad de aprendizaje constante, ya que lo que asimilen ahora es una buena base para un futuro, pero no suficiente. Tienen que estar aprendidendo toda su vida”, concluye Carnicero.

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