Las inversiones, que pueden rondar varios millones para las marcas que ocupan más superficie, han obligado a los fabricantes más tocados por la crisis a obtener los recursos a costa de otras partidas.
Un ejemplo es el de PSA, que acude al salón con una ofensiva de gran calado mientras tiene en marcha un plan para cerrar una fábrica y despedir a 8.000 empleados.
Los últimos días han concentrado una actividad frenética, que se aprecia en algunos vídeos de las propias marcas y de la organización, con centenares de operarios construyendo los stands por los que los organizadores esperan, como mínimo, igualar la cifra de 1,2 millones de visitantes. De momento, ya hay 13.000 periodistas acreditados atraídos por más de 100 primicias mundiales.
El semáforo verde para que arranque el salón se producirá el jueves con la primera jornada de prensa, aunque las marcas aprovechan la víspera para avanzar sus novedades en eventos glamurosos y costosos.